2 Bachillerato

Mensajes Verbales

La calidad con que usted comunique sus ideas marcará la diferencia entre el éxito y el fracaso. Una presentación enredad será como un torpedo contra la mejor de las ideas.

Mensajes Verbales

Las palabras son los canales que transportan así todas nuestras ideas a terceros, pero muchas veces nos olvidamos que no todos entienden las mismas ideas. En el mejor de los casos, los malentendidos implican que las palabras no han sido interpretadas como deseábamos. Aunque algunos problemas de idiomas van más allá de los simples mal entendidos.

Claridad y ambigüedad

Use palabras indubitables para que no haya malos entendidos

La mayoría de los malentendidos surgen en las conversaciones intrascendentes, cuando los enunciados parecen enteramente claros, hasta que uno descubre que otros los interpretan de diferente manera.

El equivoco a veces se debe a que los valores culturales son diferentes. La palabra ahorita, según el diccionario en ingles, quiere decir “right now” (ya) o “immediately” (inmediatamente).

Si se arregla una cita con alguien para le “miércoles”, mencione la fecha para cerciorarse de que los dos están pensando en la misma semana. Si un superior dice que sus ideas están “OK”, asegúrese de que quiere decir “bien hecho” y no sólo “suficiente”.

Use abstracciones de nivel

bajo, cuando la claridad sea esencial

Las abstracciones de nivel bajo son enunciados muy específicos que se refieren directamente a objetos o hechos observables. Por otro lado, las abstracciones de nivel alto abarcan un rango más amplio de objetos o hechos posibles, sin descripciones detalladas.

Las abstracciones de nivel alto producen problemas, sujetas a una amplia gama de interpretaciones.

Ejemplo:

Enunciado- Limpie el área.

Aclaración- ¿Un aseo rápido o un trabajo pulido y esmerado?

Los lenguajes abstractos y específicos tienen sus ventajas, con frecuencia es conveniente usar los dos. Una forma de conseguir la máxima claridad es empezar por explicar su propuesta o apreciación con un elemento abstracto, y después calificarlo con términos específicos.

Un lenguaje demasiado abstracto es el que usa palabras amplias como: todos, cada que, siempre, cualquiera, ninguno, jamás.

Cuando un comunicador astuto se encuentra frente a una situación con alguna palabra así, lo que hace es repetir la frase, para que así se la expliquen y la entienda correctamente.

Use la jerga sensatamente

Toda profesión tiene su propio vocabulario especializado, generalmente llamado jerga.

Sirven para ahorrar tiempo, por ejemplo un contador dice liquidez en lugar de la medida en que un activo se puede convertir en dinero disponible.

Usar cierta cantidad de jerga  también tiene valor ante los extraños, alguna personas creen que quien habla con jergas son más creíbles; la mezcla ideal podría ser un lenguaje claro y unos cuantos términos de jerga profesional.

Ciertas palabras se usan con tanta frecuencia que se convierten en clichés. Si usas varias palabras de moda como “lo último”, “pasa el sobre”, etc.; corres le riesgo de aclarar las ideas en tu mente, pero de que los demás no lo entiendan.

Use un lenguaje ambiguo cuando sea conveniente

Las indirectas en la comunicación interpersonal son una virtud; son muy eficientes y, sin duda, más maduras y corteses que decirlo literal.

El lenguaje indirecto ayuda a proporcionar armonía.

La segunda función del lenguaje ambiguo es que amaina el golpe de los mensajes difíciles.

Ejemplo:

Sinceridad agresiva- Este trabajo no sirve

Ambigüedad estratégica- Creo que el jefe nos pedirá que sustentemos estas previsiones con algunas cifras.

En el contexto actual, tan propenso a los litigios, muchas veces lo comunicadores emplean la ambigüedad estratégica para comunicar mensajes críticos.

Lenguaje irascible

El lenguaje tiene la facultad de despertar emociones muy intensas, a veces motiva, inspira, pero por desgracia también puede generar sentimientos negativos, esto s puede evitar siguiendo dos directrices:

Evite el lenguaje sesgado

Frases que parecen objetivas, pero que en realidad ocultan un sesgo emocional. Cuando enfrentamos un lenguaje de connotaciones sesgadas, es aconsejable reconocer que el interlocutor está dando una opinión a fondo.

Cuidado con las palabras gatillo

Algunos términos despiertan emociones tan fuertes como un gatillo, y en alguna persona pueden desatar reacciones  intensas.

Lo principal es reconocer que se tiene gatillos y estar consientes cuando se presentan algunas, para estar consciente de la sensibilidad ante ella y evitar una reacción desbordada.

Se debe de pensar dos veces las cosas antes de ponerse a la defensiva ante un comentario ingenuo de un colega; a veces la reconocerás tu gatillo demasiado tarde, ya que una palabra que es equis para ti puede representar un gatillo para otra, cuando pase esto lo mejor por hacer es dejar que el interlocutor exprese sus emociones.

Usos femenino y masculino del lenguaje

La cultura afecta a al comunicación. Las conversaciones entre hombres y mujeres son una especie de intercambio intercultural, donde los interlocutores no hablan distintos dialecto sino generolectos.

El género no es el púnico factor que influye en el estilo de la conversación sino también las características culturales, geográficas y profesionales.  A medida de que el desempeño social de los hombres y las mujeres se acerca entre sí, cabe esperar que las diferencias de lenguaje también disminuyan.

El habla femenino

Las mujeres aprenden a usar el habla como una charla para crear afinidad, establecer vínculos, despertar buena voluntad, mostrar solidaridad y participar en su comunidad. Muchas mujeres consideran que usar el idioma como herramienta de expresión es importante para crear afinidad.

Otra característica del estilo femenino es el índole tentativa. Se refleja con el uso de interrogantes.

Tannen dice que los lamentos disculpas son rasgos característicos del discurso femenino, y explica que mas que muestra de flaqueza son un llamado de solidaridad.  “Lo siento” puede ser una expresión de comprensión y de interés por los sentimientos de la otra persona en lugar de una disculpa.

Otra característica es que inicia la conversación y la sostiene. Cuando las mujeres interrumpen, suelen hacerlo para apoyar o respaldar a su interlocutor, pero no para retarlo o amenazarlo.

El habla masculina

El estilo discusivo de los hombres es distinto al de las mujeres, en tanto que ellas hablan para crear afinidad, los hombres adquieren más soltura en el terreno de lo que los lingüistas han llamado charla para informar. Los varones pretenden utilizar el lenguaje para reclamar atención, afirmar posición, establecer estatus y mostrar independencia.

El típico enfoque masculino para abordar problemas personales es ofrecer consejos que llevarán a una solución.

El discurso característicamente masculino es más directo, dogmático y autoritario.

Afrontar los restos del lenguaje relativos al género

El choque de los estilos estereotípicos de los lenguajes masculino y femenino en el trabajo provoca problemas, aunque nadie sepa exactamente por qué.

Tanto estilo masculino del discurso como el femenino funcionan bien, siempre y cuando los hablantes se apeguen a las mismas reglas. Los problemas aparecen cuando las personas esperan que se use su mismo estilo, hay 3 sugerencias para que los interlocutores se entiendan mejor:

Reconozca que hay estilos diferentes: Aceptar las diferencias de género puede llevar a mejores relaciones, a pesar de que los miembros del sexo contario no se comporten como usted.

Cambie de estilo cuando sea conveniente: Usar un estilo de comunicación que no es el suyo puede ser muy útil

Combine estilos: puedes obtener mejores resultados si se combinan las costumbres de ambos géneros.

Habilidades Interpersonales

Es inevitable interactuar con otras personas en muchos ámbitos y situaciones, a nivel personal y profesional. Las habilidades interpersonales nos ayudan a tener una comunicación más beneficiosa con los demás, a expresar mejor lo que necesitamos decir y a entender lo que se nos quiere comunicar. Las habilidades interpersonales forman un conjunto de comportamientos y hábitos necesarios para garantizar una adecuada interacción, mejorar las relaciones personales y alcanzar los objetivos de la comunicación, es decir, transmitir o recibir correctamente un mensaje, una información o una orden. En las empresas tienen cada vez más importancia para construir equipos de trabajo eficientes y mejorar las bases de la comunicación interna.  

Habilidades interpersonales y comunicación

La comunicación se establece a varios niveles. El más directo es la comunicación verbal, pero no es menos importante la comunicación no verbal. La forman las expresiones y el lenguaje corporal que muestran emociones diversas: desde alegría, entusiasmo y motivación; hasta incomodidad, enfado o estrés. Alguien con capacidades sociales debe detectar esas señales en los demás y ser capaz de transmitirlas, en su caso, de la forma más adecuada. Además, la comunicación necesita estas habilidades interpersonales fundamentales:

Saber escuchar. La escucha activa es el eje principal de estas habilidades. Para comprender hay que saber escuchar (ir más lejos que el simple acto de oír). La escucha activa significa prestar atención y entender la comunicación desde el punto de vista del que habla, lograr identificar lo que realmente desea comunicarnos, sus objetivos y sentimientos. No siempre resulta fácil porque la comunicación está expuesta a ciertas limitaciones, prejuicios o temores.

Respeto y tolerancia. Valorando la palabra de quien habla, como persona con los mismo derechos que los míos. Es la capacidad de entender la diversidad y las diferencias sociales y culturales sin prejuicios, demostrando que abrimos el camino hacia una comunicación honesta y sincera.

Empatía. Es la cualidad más sobresaliente dentro de las habilidades interpersonales. Implica la capacidad de entender a los demás, de ponerse en su lugar y comprender sus necesidades, tanto de jefes como de compañeros. Siempre es mejor tratar de comprender al otro que esperar que los otros nos comprendan.

Concreción. Toda comunicación debe ser, sobre todo, lo más clara y comprensible posible. Es el mejor modo de lograr una comunicación directa y efectiva, evitando cuestiones vagas o inconexas que provoquen malos entendidos o desencuentros futuros.

Autenticidad. Es la capacidad de presentarse ante los demás tal y como uno es. Ser más auténtico, y coherente, por supuesto, permite establecer relaciones más sinceras y transparentes.

Las habilidades interpersonales en la empresa.

A nivel profesional, las habilidades interpersonales configuran uno de los elementos clave para los empleadores en los procesos de selección. Casi todas las ofertas de trabajo además de capacidades técnicas específicas inciden en poseer habilidades sociales. La gran importancia de estas habilidades para las empresas está muy clara ya que hoy en día se valora mucho el trabajo en equipo, y la productividad se ve beneficiada con el establecimiento de relaciones laborales más sanas y responsables. Son necesarias en toda la estructura jerárquica, del nivel más alto al más bajo. En la empresa, además del trabajo en equipo, son muy valiosas estas tres habilidades:

Liderazgo: supone saber dirigir equipos de trabajo eficientes, integrados y motivados hacia unas metas efectivas. Saber sacar lo mejor de todos ellos, promoviendo el desarrollo de todas sus capacidades.

Motivación: además de la motivación propia, motivar a los demás significa reconocer su esfuerzo y valorar su trabajo, indicando la importancia que tiene para lograr los objetivos planteados.

Resolución de problemas: es necesario estar relejado y en calma para confrontar una situación comprometida, y ser justo y coherente con todas las partes. El objetivo es explicar de forma objetiva la causa del problema y obtener compromisos para eliminar las diferencias. Siempre hay que actuar de forma amistosa y constructiva, sin complicar aún más las cosas.

Los empresarios deben asumir el compromiso permanente de motivar y dirigir el potencial humano de la organización hacia el cumplimiento de los resultados, fomentando el crecimiento y la realización individual y de grupo. Las habilidades interpersonales son indispensables para un desempeño más competitivo de los equipos de trabajo y para  establecer relaciones laborales sólidas y de confianza. Parecen cualidades sencillas y obvias pero todas necesitan compromiso, cuidado y atención. Son aptitudes que si se desarrollan a diario se convierten en hábitos, algo beneficioso para todos.

Como Manejar Las Criticas

A lo largo de nuestra vida es casi inevitable recibir críticas. De cualquier forma, las tomaremos satisfactoriamente o no dependiendo de quién nos las haya formulado y el modo en que nos fueron planteadas. No obstante, debes saber manejarlas para sacar provecho de aquellas que valen la pena.

Cómo manejar las críticas

Las críticas, según de quien provengan y de la manera en que sean dichas, pueden ser constructivas y ayudarnos a mejorar como personas o profesional. Aquí te mostraremos algunas maneras útiles para aprender a manejarlas.

Deja de lado las emociones.

Cuando se nos critica, uno suele sentirse enojado, herido o ambas cosas. Ese sentimiento es humano. Pero cuando la ira nos domina, la objetividad se pierde y nos resulta imposible contestar de manera efectiva a quien nos criticó. Si la crítica es injustificada, lo más probable es que luego existan represalias y si, por el contrario, está justificada habrá una defensa en vez de excusas.

Mantenga la calma.

Quien es criticado se sentirá en una posición incómoda ya que los argumentos que se le presentan pueden llegar a ser hostiles y violentos. Lo más lógico, aunque no lo más fácil, es mantener la calma. Incluso si quien te critica es grosero y no tiene argumentos para hacerlo, debes conservar la calma, ser educado para mostrarte respetuoso y profesional.

En caso de no poder dar una respuesta en ese momento, es aconsejable que dejes pasar un tiempo. Considera la posibilidad de escribir tu versión de los hechos o la respuesta a la crítica, si realmente no te sientes cómodo con una discusión de persona a persona.

Abordar el tema de la crítica.

Si la crítica está justificada y es necesario, incluso si la forma de hacerlo no es la ideal, tienes que tomar medidas. Asegúrese de cambiar lo que necesita ser cambiado de inmediato ya sea su actitud, su rendimiento o su vestimenta.

Si usted toma las críticas a la ligera y no le presta atención, las mismas serán propensas a ser lanzadas en el futuro. Las personas exitosas han aprendido a pisar su ego y han podido convertir las críticas en éxito.

Recuerda tu valor como persona.

Ninguna crítica debe hacerte sentir menos que alguien. De ninguna manera usted es inferior. Las mismas son, se supone, para que las cosas se hagan mejor, para utilizarlas como instrumento de superación.

Trabajo En Equipo

Un equipo de trabajo es un conjunto de personas que se organizan de una forma determinada para lograr un objetivo común. En esta definición están implícitos los tres elementos clave del trabajo en equipo:

Conjunto de personas: los equipos de trabajo están formados por personas, que aportan a los mismos una serie de características diferenciales  (experiencia, formación, personalidad, aptitudes, etc.), que van a influir decisivamente  en los resultados que obtengan esos equipos.

Organización: existen diversas formas en la 

que un equipo se puede organizar para el logro de una determinada meta u objetivo, pero, por lo general, en las empresas esta organización implica algún tipo de división de tareas. Esto supone que cada miembro del equipo realiza una serie de tareas de modo independiente, pero es responsable del total de los resultados del equipo.

Objetivo común: no debemos olvidar, que las personas tienen un conjunto de necesidades y objetivos que buscan satisfacer en todos los ámbitos de su vida, incluido en trabajo. Una de las claves del buen funcionamiento de un equipo de trabajo es que las metas personales sean compatibles con los objetivos del equipo.

En resumen, podríamos definir el trabajo en equipo como la acción individual dirigida, que al tratar de conseguir objetivos compartidos, no pone en peligro la cooperación y con ello robustece la cohesión del equipo de trabajo. La cooperación se refiere al hecho de que cada miembro del equipo aporte a éste todos sus recursos personales para ayudar al logro del objetivo común. Esto se observa cuando los componentes del equipo realizan actividades como las siguientes:

Ofrecer nuevas ideas y proporcionar soluciones a las dificultades del equipo

Interesarse por las ideas de otros y desarrollarlas

Ofrecer información relevante y hechos contrastados

Intentar coordinar las actividades de los miembros y clarificar las aportaciones de ésto

Evaluar los resultados del equipo

Cuando existe una incompatibilidad entre las metas personales y las del equipo, ocurre que los integrantes del equipo reducen la cooperación (no se esfuerzan, ocultan información, etc.).

Por otra parte, la cohesión es el grado de atracción que cada miembro del equipo siente hacia éste. Los equipos cohesionados se caracterizan porque tienen menos conflictos, y cuando éstos surgen, se encauzan y se resuelven de manera positiva, la comunicación es más fluida y todos los integrantes sienten que tienen la oportunidad de participar en las decisiones tomadas por el equipo. Esto refuerza la motivación.

Los componentes de un equipo cohesionado valoran su pertenencia y se esfuerzan por mantener relaciones positivas con los miembros de otros equipos.

Adquieren un sentido de lealtad, seguridad y autoestima por el grupo, que satisface sus necesidades individuales.

En los equipos cohesionados se observa que los miembros desarrollan una serie de actividades importantes para el mantenimiento del mismo. Se trata de una serie de comportamientos que mantienen el equipo como un sistema social que funciona, y que evita los antagonismos emocionales y los conflictos. En un equipo efectivo, cada miembro favorece las relaciones interpersonales y aporta sus habilidades para trabajar juntos a lo largo del tiempo. Ejemplos de actividades de mantenimiento del equipo son:

Animar, aceptar y mostrar acuerdo con las ideas de los demás, mostrando solidaridad

Contribuir a armonizar las disensiones del equipo, reconciliando diferencias

Expresar estándares de realización que ha de alcanzar el equipo o ha de usar en la evaluación del proceso del mismo

Caminar con el equipo, estando de acuerdo en realizar las ideas de los otros

Alentar la participación de todos y no sólo de unos pocos

Si una persona tarda una hora en realizar una tarea, ¿cuánto tardarían dos? La respuesta matemática sería: “30 minutos”. Pero cuando se trabaja en equipo, los esfuerzos de los miembros se potencian, disminuyendo el tiempo de acción y aumentando la eficacia de los resultados.

Esta forma de trabajar, en la que todos los participantes son responsables de las metas, es la más asertiva para cualquier tipo de organización. Esto no sólo porque es más fácil cumplir con los objetivos; sino también porque es la mejor manera de retener talento y fomentar un clima laboral envidiable. Por ejemplo, Richard Branson, creador del imperio Virgin, siempre habla de “nosotros” en sus posts y comunicados; como gran líder sabe que dos cabezas piensan mejor que una

No importa el giro ni el tamaño de tu empresa, puedes implementar esta estrategia exitosamente. A continuación te compartimos algunos consejos para dejar de operar en grupos o por individuos y empezar a crear equipos que funcionen como una orquesta:

1. Construye confianza. La confianza es el elemento principal del trabajo en equipo. Impulsa un ambiente donde todos los participantes conozcan las habilidades de los demás, entiendan sus roles y sepan cómo ayudarse mutuamente

2. Establece objetivos comunes. Para que tus empleados trabajen en equipo deben perseguir las mismas metas. Por ello, es importante que comuniques la misión de la empresa de manera uniforme y que definas cómo cada miembro y departamento puede contribuir a cumplirla

3. Crea un sentido de pertenencia. Los seres humanos necesitamos sentirnos parte de algo; por eso, el factor más poderoso en la creación de equipos es el desarrollo de una identidad común. Define qué identifica a tus equipos, fija valores y haz que cada miembro esté conciente de su impacto en el equipo

4. Involucra a tu gente en las decisiones. Nada afecta más un trabajo en equipo que el hecho de que las decisiones sean tomadas por un líder autócrata. Para evitarlo, impulsa la generación de ideas, abre tu mente y motiva a cada empleado a compartir su opinión. Si tienes esta retroalimentación, será más fácil implementar cualquier cambio o estrategia.

5. Haz que haya un entendimiento entre las partes. Es muy fácil criticar o subestimar el trabajo de los demás cuando uno no lo conoce o no lo ha ejecutado. Para crear empatía entre tus trabajadores, realiza ejercicios de rotación entre áreas. Así cada miembro sabrá en qué consiste la labor del otro y cómo puede contribuir a hacerlo mejor.

6. Motiva la responsabilidad y el compromiso mutuo. Cuando una persona es parte de un equipo, sabe que los logros o fracasos son responsabilidad de todos y cada uno de los miembros. No fomentes la mentalidad de “éste no es mi problema”; haz que los problemas y los aciertos sean compartidos

7. Impulsa la comunicación. La única manera de que todos los miembros trabajen como una orquesta es que existan los canales de comunicación adecuados. Los verdaderos equipos se escuchan y retroalimentan. Están dispuestos a cambiar de opinión y a crear estrategias en conjunto.

8. Aprovecha la diversidad. Un equipo de trabajo homogéneo puede operar con eficiencia pero sin mucha innovación. Al momento de crear tus equipos procura que haya personalidades e intereses distintos, pero que se compartan valores y un compromiso con la empresa

9. Celebra los éxitos grupales. Aunque es importante también reconocer el trabajo individual, es clave que las recompensas se den por resultados en equipo. Cuando algo sale bien, reúne a todos los implicados y agradéceles su trabajo. Procura destacar el papel de cada uno, pero celebrar el resultado grupal
10. Sé un líder. Todo equipo de trabajo necesita un líder que guíe y reúna los esfuerzos individuales. No te “laves las manos” y sé parte del equipo. Como líder tendrás que llegar a consensos y tomar decisiones, con base en las ideas y opiniones de tu equipo.

La Publicidad

La Publicidad es el conjunto de estrategias con las que una empresa da a conocer sus productos a la sociedad. La publicidad utiliza como principal herramienta los medios de comunicación, estos son tan diversos y tienen tanta expansión e impacto en el público en general que son fundamentales para el comercio en general. Si un producto no es publicitado, difícilmente las personas lo conocerán y se referirán a él como algo de buena calidad respecto al nombre que posee. La publicidad es una estrategia de marketing para posicionar los productos en el mercado global, su participación en la expansión de las empresas es precisa y necesaria. El correspondiente factor que se emplea para la diversificación de bienes y servicios es referencial, pero lo que se busca es que el impacto en la sociedad sea aceptable, para darle paso al consumismo activo.

La consideración que el público pueda tener del producto depende de la aceptación que tenga este de la publicidad. Por lo general, la cantidad de productos iguales pero de diferente marca crea una competencia en el mercado, estas rivalidades hacen que las estrategias publicitarias sean más fuertes, más consistentes y que enmarquen la calidad del producto, así como también dan garantía de la buena elaboración de este. Existen varias formas de publicidad, la más popular hace referencia del producto o servicio con un eslogan (slogan) publicitario pegajoso, simpático y fácil de recordar, para esto se hacen análisis y estudios psicológicos de los consumidores a fin de distinguir que es lo que sería agradable a la vista.

Hay publicidades que son comparativas, por lo general, buscan destacar las cualidades de su producto respecto a otros de la misma clase, rara vez se ha visto en el medio publicitario una campaña de propaganda que desprestigia a otra marca de forma directa. La publicidad es la herramienta que busca expandir el espectro de productos o servicios, la relación de estos con la sociedad en general depende principalmente de la calidad y de la buena referencia que se tenga de estos, es crucial para las compañías manufactureras, mantener una cara fresca y jovial frente al público. Cabe destacar que hay compañías especializadas en la producción de publicidad, mientras otras están capacitadas para hacer la publicidad de sus productos.

Tipos De Textos

1. El texto narrativo es aquel que relata eventos, historias, cuentos, hechos o mitos, por lo que puede ser ficticio o no ficticio. Se caracteriza por una secuencia de eventos expresados por verbos dinámicos y adverbios y conectores espaciales como: “y luego”, “primero”, “segundo”, “tercero”… Por ejemplo: “Primero llenamos nuestras maletas y luego subimos en un taxi y fuimos camino al aeropuerto. Después de eso…”.

La forma verbal más utilizada en este tipo de textos es el pasado. Habitualmente pretérito perfecto pero también se emplean otros: levantó el salero, vivía en ese hogar, había andado, estaba despejado, dijo lo que pensaba, etc. No obstante, cuando se reproducen diálogos son de forma directa, es decir, transcribiendo lo que dicen los personajes al pie de la letra, la forma verbal más usual suele ser el presente: -¡Vete de aquí! ¡Déjame seguir con mi camino! -dijo el hombre.

2. Texto descriptivo

Este tipo de texto, llamado texto descriptivo, tiene como finalidad definición de algo, ya sea un objeto, una persona, un animal, una situación o una descripción de otro tipo de texto. También se emplea para expresar sentimientos. El texto suele girar en torno a los atributos de una cosa y suele emplear las formas del pronombre de la tercera persona.

Existen dos tipos de textos descriptivos:

Texto descriptivo técnico: se caracteriza por poner énfasis en la exactitud de los datos

Texto descriptivo literario: las descripciones son más personales y es el autor el que le otorga la intencionalidad.

3. Texto expositivo

El objetivo de este tipo de texto es explicar. El texto expositivo se orienta a exponer tema pero en que el autor no da su opinión personal, es decir, suele proporcionar hechos y cifras relevantes, pero no incluye sus opiniones. Estos tipos de texto suelen encontrarse en muchos libros de texto como los de una asignatura de la escuela o la universidad. Suelen incluir definiciones, explicaciones, etc.

La estructura de estos textos suele ser muy clara, en la que se inicia con una introducción para dar a conocer el tema; el desarrollo, en el que destaca el análisis objetivo, los ejemplos o los datos; y la conclusión, en la que se resumen los aspectos más importantes del tema que se trata. Su finalidad es informar.

4. Texto argumentativo

Los textos argumentativos parten de un supuesto, en el que se emplea un estilo de redacción que pretende persuadir al lector, pues se exponen las razones a favor o en contra de determinada “posición” o “tesis”.

Para lograr esto, suele iniciarse el texto con una exposición que ayude a entender los argumentos que se proponen. Es decir, es necesario poner al lector en contexto antes de pasar a exponer los beneficios o las características del tema que se trata. Para añadir credibilidad, este tipo de texto puede contener referencias bibliográfica que permiten demostrar su validez, pero también razonamientos de causa efecto, de autoridad (es decir, expertos en el tema) o de popularidad (por ejemplo, todos lo hacen), entre otros.

5. Texto directivo

El texto directivo incita al lector a que haga alguna cosa, por lo que es un texto instructivo en el que se explica cómo desarrollar una actividad o llevar a cabo un objetivo. En este tipo de textos, el orden es muy importante, así como el orden lógico, con relaciones causa-efecto, y el orden de más a menos importancia. Un ejemplo de este tipo de textos serían un manual de instrucciones.

6. Textos científicos

Si eres de esas personas que ha estudiado en la universidad seguro que alguna vez has leído un texto científico, que es un tipo de texto que tiene la finalidad de mostrar avances de investigaciones. En él destaca la escritura formal, en el que se emplea un lenguaje técnico. La estructura es coherente, y la información siempre debe ser referenciada.

7. Textos jurídicos

Son textos empleados en el ámbito judicial, que contienen numerosos tecnicismos, términos antiguos (por ejemplo, del griego o el latín) y un lenguaje formal y conservador. Se caracterizan por la ordenación lógica y progresiva de los contenidos, y su contenido destaca por su objetividad, lo que pretende evitar interpretaciones erróneas o ambiguas.

Las oraciones son en tercer tercera persona del singular, impersonales y pasivas reflejas. En comparación con otros tipos de texto, es habitual la repetición de palabras y, de hecho, los conceptos claves en el documento suelen repetirse una y otra vez para evitar la ambigüedad.

8. Textos administrativos

Los textos administrativos son similares a los jurídicos. De hecho, suelen denominarse textos jurídicos-administrativos. No obstante, suelen ser menos rígidos que los jurídicos. Los certificados son un ejemplo de ello.

9. Textos literarios

Son textos con una gran estética literaria, por lo que se consideran obras de arte. Destaca el lenguaje metafórico, rico en expresividad y emotividad. Las poesías, cuentos, relatos y algunos ensayos son ejemplos de textos literarios.

10. Textos humanísticos

Los textos humanísticos son aquellos que versan sobre la temática de las relaciones humanas (por ejemplo, la filosofía o la sociología), pero que no es formal, como ocurre con los textos científicos.

11. Textos publicitarios

Como su nombre indica, el contenido de estos textos es publicitario, y pretende persuadir al lector para que contrate un servicio o realice una compra de un producto. Los copys y los slogans son ejemplos de este tipo de textos.

12. Textos periodísticos

Los textos periodísticos son aquellos que pretender informar, aunque también pueden aportar opinión. Su objetivo es la comunicación periodística, y pueden encontrarse tanto en diarios de papel como en páginas web.

13. Textos digitales

Las nuevas tecnologías han permitido que nuestra manera de relacionarnos y comunicarnos haya cambiado. Este cambio también ha afectado a los textos, que tienen mucho poder en el mundo digital.

Este tipo de texto, por ejemplo, es el que podemos encontrar en los blogs o en las revistas digitales. La inmediatez de la información que caracteriza a este medio y la facilidad de acceso al contenido que es posible encontrar, hace que el lector no lea muchos de estos textos en su totalidad, sino que suele escanearlos para ir directamente a la información que le interesa.

La Descripción

Descripción, con origen en el latín descriptio, es la acción y efecto de describir (representar a alguien o algo a través del lenguaje, definir algo dando una idea general, delinear, figurar). La descripción aporta información sobre alguien o algo, con distintos grados de detalle posibles.

Descripción

Por ejemplo: “La policía ha difundido una descripción detallada sobre el aspecto del prófugo para que la ciudadanía pueda colaborar con su búsqueda”, “El cronista hizo una maravillosa descripción del ambiente que se vivió en la marcha”, “Marcos se enojó con Santiago por la descripción poco optimista que hizo de la situación”, “Al escuchar tu descripción de la playa, siento que estoy parado junto al mar”.

Puede decirse que la descripción es una representación de algo o alguien a través de la palabra y que incluye una explicación ordenada y detallada de distintas cualidades y circunstancias.

Es importante tener en cuenta que toda descripción resulta inevitablemente subjetiva ya que se encarga de representar mediante el lenguaje (escrito u oral) aspectos parciales de cómo una persona observa e interpreta la realidad. El punto de vista de quien describe, sus necesidades y sus conocimientos previos acerca de la materia en cuestión son algunos de los muchos factores que influyen en el resultado.

Si dos periodistas asisten a una celebración y luego describen su experiencia, es posible que cada texto cuente una historia diversa, opuesta quizás; el mismo evento que para uno puede parecer “pintoresco y animado”, puede resultar “caótico y escandaloso” para el otro. Cabe aclarar que esto no es producto de una manipulación de la verdad, sino que deja en evidencia las diferencias entre ambas personas.

Descripción existen diversos tipos de descripción; en principio, es posible distinguir entre:

* objetiva (o denotativa), que consiste en la reconstrucción de la realidad sin permitir que interfieran cuestiones personales, tales como el gusto y las opiniones. Se trata del tipo de descripción usada en textos de carácter técnico y científico, dado que simplemente busca informar;

* subjetiva (o connotativa), que agrega a la información una apreciación personal, un punto de vista que hace de cada descripción algo único e irrepetible. A diferencia del tipo anterior, se vale de un lenguaje subjetivo, propio de la poesía, para expresar la impresión que el objeto causa en su observador.

Tomando en cuenta esta primera clasificación, las descripciones pueden agruparse según el lenguaje que utilizan:

* literario: se apoya en los recursos de la lengua para potenciar los aspectos estéticos del texto, embelleciendo la información, volviéndola más agradable para el receptor;

* científico: el vocabulario utilizado busca la claridad absoluta, el mayor grado de precisión y de objetividad;

* coloquial: se trata del uso del lenguaje cotidiano, de términos y recursos al alcance de cualquier persona.

Asimismo, el objeto descrito abre las puertas a los siguientes tipos de descripción:

* cronografía: se trata de la descripción de una época o de un período en el cual tiene lugar un suceso determinado;

* zoografía: se describen animales, pertenecientes a cualquier especie;

* hipotiposis: relato muy vívido para describir una situación abstracta, intentando generar en el receptor la sensación de conocerla a través de un uso intenso de las emociones;

* topografía: usada especialmente para la reconstrucción de las características de un paisaje, se trata de una descripción desde una posición fija, de una observación estática de un objeto.

Con respecto a las descripciones de personas, lo que se conoce con el nombre de caracterización, existen también diversos tipos, tales como:

* prosopografía: se recuentan los aspecto físicos de un individuo;

* etopeya: se enfoca en las características psicológicas y en el plano moral;

* retrato: la combinación de la prosopografía y la etopeya;*

autoretrato: un retrato de uno mismo.

El Texto Argumentativo

Un texto es un discurso escrito u oral que tiene coherencia. Argumentativo, por su parte, es aquello relacionado con un argumento (el asunto de una obra o el razonamiento que permite realizar una demostración).

Texto argumentativo

Se denomina texto argumentativo, por lo tanto, al discurso que esgrime distintas razones con el objetivo de lograr la persuasión del receptor. El emisor, de este modo, presenta motivos para sostener una idea o rebatir un pensamiento ajeno.

Además de todo lo expuesto, merece la pena conocer que el texto argumentativo se encuentra determinado por una estructura muy concreta. Nos estamos refiriendo al hecho de que debe disponer de tres partes fundamentales:

La introducción, que será una breve exposición de los hechos y que debe conseguir atrapar la atención del receptor.

-El desarrollo, en el que quien expone el texto argumentativo se encarga de establecer lo que son los argumentos y las ideas o pruebas que sustentan su posición.

-La conclusión que, como podemos imaginar, viene a establecer el resumen de lo expuesto, de la situación, y de los motivos que se esgrimen.

No podemos pasar por alto tampoco que el citado desarrollo, lo que es la segunda parte de esa estructura delimitada, puede ser de dos tipos:

-Dialogado, que es cuando se sustenta en lo que son los argumentos, planteamientos y refutaciones o réplicas.

Monologado, cuando se basa únicamente en lo que es la postura de una única persona.

De la misma manera, hay que subrayar el hecho de que los argumentos que se empleen en ese texto argumentativo que nos ocupa pueden ser clasificados en varios grupos:

-De hecho, que son los que se basan en pruebas que se pueden comprobar.

De autoridad, que se basan en lo que es la idea de una persona de reconocida autoridad.

-Racionales, cuando parten de lo que son verdades o posiciones de la mayoría de la sociedad.

-Sentimentales, que son los que apelan a remover los sentimientos del receptor.

Mientras que un texto informativo se limita a comunicar una situación o un asunto, el texto argumentativo pretende convencer al lector o al oyente de algo. Supongamos que un periodista comenta: “El gobierno autorizó una nueva explotación minera en el norte del país”. Dicho texto es informativo: sólo presenta información, sin hacer ninguna valoración ni intentar persuadir al receptor.

En cambio, el periodista puede señalar: “El gobierno autorizó una nueva explotación minera en el norte del país. Se trata de un proyecto muy peligroso ya que los expertos afirman que se contaminará el río que abastece de agua potable a 50.000 personas. Esto, en el largo plazo, podría derivar en enfermedades congénitas. Además la explotación minera dañará la agricultura y la ganadería ya que afectará el sustrato, según explicaron expertos de una universidad. Por eso los ciudadanos deberían oponerse a esta decisión gubernamental y protestar”. En este caso, el texto es argumentativo debido a que presenta razones para enfrentar el proyecto avalado por el gobierno.

 La Lectura Analítica

Es una herramienta para aprender el cómo analizar una lectura de modo eficiente y con auténtico provecho para leer mejor un libro (Máxima comprensión de lo leído)

El objetivo de la lectura es el de informarse y comprender. El objetivo de leer es comprender más y mejor algún tema, el planteamiento de algunos problemas, el desarrollo de ciertos hechos, la exposición de una idea, las razones que sustentan una postura, etc.

Por eso una buena lectura es aquella a través de la cual se pasa de un estado de comprensión menor a un estado de comprensión mayor. Esto implica dos cosas:

1.  Primero, damos por supuesto que el escritor comprende el tema de un modo superior al lector. Hay, por tanto, una desigualdad inicial en la comprensión. El escritor posee más conocimiento que el lector.

2.  El buen lector debe ser capaz de superar esta desigualdad inicial, al menos en cierta medida. En tanto se aproxime a la igualdad en la comprensión del tema, notará que se produce un fenómeno de comunicación en el que se va ganando progresivamente en claridad. Ésta es la verdadera lectura de comprensión.

Niveles de lectura

Existen cuatro niveles de lectura.

Los niveles superiores incluyen a los inferiores; es decir, son acumulativos. Dominar un nivel superior implica haber dominado antes los inferiores:

Nivel 1

Lectura primaria, rudimentaria o básica. Consiste en aprender a leer; es el proceso de alfabetización.

Nivel 2

Lectura de inspección o prelectura. Consiste en la habilidad de extraer el máximo de un libro en un tiempo limitado. El lector que sabe hacer esta prelectura puede, en unos cuantos minutos, tener bien claro de qué se trata el libro, cuál es su estructura, cuáles son sus partes, etc.

Nivel 3

Lectura analítica o comprensiva.- Este nivel es el que está destinado fundamentalmente a la comprensión. Comprender un libro significa trabajarlo hasta hacerlo propio, y va más allá de la mera información o el entretenimiento.

Nivel 4

Lectura paralela o comparativa.- Consiste en estudiar un tema en particular comparando lo que dicen respecto a él varios libros o autores.

Centrará su atención en el nivel 3, en la lectura analítica o comprensiva. No se puede entender un libro sin leerlo analíticamente.

Dentro del nivel de lectura 3, lectura analítica o comprensiva, existen tres etapas para analizar un libro cada una con sus respectivas reglas.

Etapa estructural.- ¿Sobre qué trata el libro como un todo?

Reglas para analizar la estructura de un libro

Etapa interpretativa.- ¿Qué dice el libro en detalle y cómo lo dice?

Reglas para interpretarlo

Etapa crítica.- ¿Es cierto lo que dice el libro, y qué importancia tiene?

Reglas para criticarlo

Nuestro lenguaje es complejo, consta de partes, palabras, oraciones, argumentos y es por eso que debe ser capas de hacer un perfilado estructural, es decir, de integrar las partes de los mensajes que recibe al estar leyendo.

El lenguaje es, además, confuso, esto es, un medio indirecto e imperfecto para transmitir pensamientos, por eso es necesario interpretarlo, es decir, saber llegar al pensamiento que transmite.

El modo en el que conoce y aprende esta propenso al error y a la ignorancia, que limitan su acceso a la verdad y al conocimiento, de ahí la importancia y la necesidad de ser crítico al momento de estar leyendo

Reglas para realizar una lectura analítica o de comprensión.

Muchas veces uno cree que para saber más o menos de qué trata un libro basta con mirar su título. Sin embargo, aunque el título es importante, muchas veces no basta para clasificar correctamente un libro, pues esta clasificación exige, además, tener en mente ciertas categorías y saber a qué categoría corresponde cada tipo de libro.

Empecemos por dos categorías, las más comunes:

Los libros teóricos son los que intentan averiguar en qué consiste algo, o intentan demostrar la veracidad de una postura.

Los libros prácticos son los que nos enseñan qué hacer si queremos alcanzar alguna meta (manuales técnicos)

Esta es una distinción básica, pero útil. A partir de ella, puede seguir subdividiendo las categorías de los libros.

Los libros teóricos, pueden dividirse a su vez en históricos, científicos y filosóficos. Ser precisos en esta clasificación es importante porque un libro histórico no debe leerse con el mismo método, ni con la misma actitud, que un libro práctico, ni se deben esperar los mismos resultados de su lectura.

Primera regla para realizar una lectura analítica o de comprensión.

Hay que saber qué clase de libro se está leyendo lo más pronto posible en el proceso de lectura, preferiblemente antes de empezar a leer

Para cumplir cabalmente con esta regla conviene ejercitar la lectura de inspección (el segundo nivel de lectura). No se detenga demasiado en ella; lea el prólogo del libro y el índice, hojeé el libro, lea los títulos y subtítulos y deténgase ocasionalmente a leer uno o dos párrafos.

Cuando ya sepa qué clase de libro va a leer, debe tratar de averiguar cuál es su tema o punto principal. Esto es importante porque ese tema o punto central es lo que da unidad al libro. A veces el autor nos ayuda con el título y algunas palabras preliminares.

Para saber si ya tiene una idea del tema principal del libro, puede intentar expresarlo con sus palabras, de una forma breve y clara.

Segunda regla para realizar una lectura analítica o de comprensión.

Debe ser capaz de constatar la unidad del libro en conjunto, en una sola frase, o en unas cuantas palabras (un párrafo breve)

Para saber si ya tiene una idea del tema principal del libro, debe intentar expresarlo con sus palabras, de una forma breve y clara.

Si ha sabido descubrir la unidad del libro, podrá entender por qué tiene tales partes y por qué éstas están organizadas de tal manera.

Poder exponer esta relación mutua de las partes es importante, tener una idea clara del libro. Este ejercicio le permitirá describir las partes principales y la subdivisión de cada parte principal.

Tercera regla para realizar una lectura analítica o de comprensión.

Hay que identificar las partes más importantes del libro y mostrar que están organizadas y que forman un todo, identificando el orden de unas respecto a otras y respecto a la unidad del conjunto

Hay libros que no están bien estructurados, así que por más que busque su unidad y coherencia, no las encontrará. Hay una relación recíproca entre la unidad, la claridad y la coherencia, condiciones tanto de la buena escritura como de la buena lectura.

Las reglas 1, 2 y 3 tienen una utilidad extra, ya que al tratar de organizar el libro, se dará cuenta si está bien escrito o no. Los mejores libros son aquellos cuya estructura es más fácil de determinar.

Cuando ya conozca plenamente la unidad del libro. Debe preguntarse ¿Por qué tiene la unidad que tiene? (Por qué ésta escrito como esta escrito) y ¿Qué fin persigue?

Cuarta regla para realizar una lectura analítica o de comprensión.

El lector debe averiguar en qué consisten los problemas que se plantea el autor

Para esto, le sugerimos que al leer tenga en mente ciertas preguntas que el autor debe ir contestando durante su discurso.

Si estás leyendo un libro teórico, pregúntese ¿Si existe aquello de lo que se está hablando? ¿Qué clase de problemas presenta? ¿Qué los ha producido? ¿Qué objetivo se persigue al tocar este tema? ¿Cuáles son las consecuencias de lo que expone el escritor? ¿Cuáles son las características de esa exposición?, etc.

Si estás leyendo un libro práctico, pregúntese ¿Qué fines se están persiguiendo? ¿Qué medios habría que elegir para alcanzar esas metas? ¿Bajo qué condiciones resultaría mejor hacer esto o lo otro, etc.?

Para cumplir con esta cuarta regla conviene que haya seguido la primera que sugiere que tenga claro qué clase de texto va a leer.

Etapa estructural.- ¿Sobre qué trata el libro como un todo?

Reglas para analizar la estructura de un libro

Etapa interpretativa.- ¿Qué dice el libro en detalle y cómo lo dice?

Reglas para interpretarlo

Etapa crítica.- ¿Es cierto lo que dice el libro, y qué importancia tiene?

Reglas para criticarlo

Nuestro lenguaje es complejo, consta de partes, palabras, oraciones, argumentos y es por eso que debe ser capas de hacer un perfilado estructural, es decir, de integrar las partes de los mensajes que recibe al estar leyendo.

El lenguaje es, además, confuso, esto es, un medio indirecto e imperfecto para transmitir pensamientos, por eso es necesario interpretarlo, es decir, saber llegar al pensamiento que transmite.

El modo en el que conoce y aprende esta propenso al error y a la ignorancia, que limitan su acceso a la verdad y al conocimiento, de ahí la importancia y la necesidad de ser crítico al momento de estar leyendo.

Reglas para realizar una lectura analítica o de comprensión

Primera Etapa – La Estructura del Libro

Muchas veces uno cree que para saber más o menos de qué trata un libro basta con mirar su título. Sin embargo, aunque el título es importante, muchas veces no basta para clasificar correctamente un libro, pues esta clasificación exige, además, tener en mente ciertas categorías y saber a qué categoría corresponde cada tipo de libro.

Empecemos por dos categorías, las más comunes:

Los libros teóricos son los que intentan averiguar en qué consiste algo, o intentan demostrar la veracidad de una postura.

Los libros prácticos son los que nos enseñan qué hacer si queremos alcanzar alguna meta (manuales técnicos)

Esta es una distinción básica, pero útil. A partir de ella, puede seguir subdividiendo las categorías de los libros.

Los libros teóricos, pueden dividirse a su vez en históricos, científicos y filosóficos. Ser precisos en esta clasificación es importante porque un libro histórico no debe leerse con el mismo método, ni con la misma actitud, que un libro práctico, ni se deben esperar los mismos resultados de su lectura.

Primera regla para realizar una lectura analítica o de comprensión.

Hay que saber qué clase de libro se está leyendo lo más pronto posible en el proceso de lectura, preferiblemente antes de empezar a leer

Para cumplir cabalmente con esta regla conviene ejercitar la lectura de inspección (el segundo nivel de lectura). No se detenga demasiado en ella; lea el prólogo del libro y el índice, hojeé el libro, lea los títulos y subtítulos y deténgase ocasionalmente a leer uno o dos párrafos.

Cuando ya sepa qué clase de libro va a leer, debe tratar de averiguar cuál es su tema o punto principal. Esto es importante porque ese tema o punto central es lo que da unidad al libro. A veces el autor nos ayuda con el título y algunas palabras preliminares.

Para saber si ya tiene una idea del tema principal del libro, puede intentar expresarlo con sus palabras, de una forma breve y clara.

Segunda regla para realizar una lectura analítica o de comprensión.

Debe ser capaz de constatar la unidad del libro en conjunto, en una sola frase, o en unas cuantas palabras (un párrafo breve)

Para saber si ya tiene una idea del tema principal del libro, debe intentar expresarlo con sus palabras, de una forma breve y clara.

Si ha sabido descubrir la unidad del libro, podrá entender por qué tiene tales partes y por qué éstas están organizadas de tal manera.

Poder exponer esta relación mutua de las partes es importante, tener una idea clara del libro. Este ejercicio le permitirá describir las partes principales y la subdivisión de cada parte principal.

Tercera regla para realizar una lectura analítica o de comprensión.

Hay que identificar las partes más importantes del libro y mostrar que están organizadas y que forman un todo, identificando el orden de unas respecto a otras y respecto a la unidad del conjunto

Hay libros que no están bien estructurados, así que por más que busque su unidad y coherencia, no las encontrará. Hay una relación recíproca entre la unidad, la claridad y la coherencia, condiciones tanto de la buena escritura como de la buena lectura.

Las reglas 1, 2 y 3 tienen una utilidad extra, ya que al tratar de organizar el libro, se dará cuenta si está bien escrito o no. Los mejores libros son aquellos cuya estructura es más fácil de determinar.

Cuando ya conozca plenamente la unidad del libro. Debe preguntarse ¿Por qué tiene la unidad que tiene? (Por qué ésta escrito como esta escrito) y ¿Qué fin persigue?

Cuarta regla para realizar una lectura analítica o de comprensión.

El lector debe averiguar en qué consisten los problemas que se plantea el autor

Para esto, le sugerimos que al leer tenga en mente ciertas preguntas que el autor debe ir contestando durante su discurso.

Si estás leyendo un libro teórico, pregúntese ¿Si existe aquello de lo que se está hablando? ¿Qué clase de problemas presenta? ¿Qué los ha producido? ¿Qué objetivo se persigue al tocar este tema? ¿Cuáles son las consecuencias de lo que expone el escritor? ¿Cuáles son las características de esa exposición?, etc.

Si estás leyendo un libro práctico, pregúntese ¿Qué fines se están persiguiendo? ¿Qué medios habría que elegir para alcanzar esas metas? ¿Bajo qué condiciones resultaría mejor hacer esto o lo otro, etc.?

Para cumplir con esta cuarta regla conviene que haya seguido la primera que sugiere que tenga claro qué clase de texto va a leer.

Segunda Etapa – La Interpretación del Libro

Cuando ya se tiene una idea lo suficientemente clara de la estructura del libro, debe empezar a interpretarlo.

Interpretar un libro es descubrir lo que su autor quiere comunicar y entender cómo lo hace.

Toda interpretación exige ciertos conocimientos de gramática y de lógica, por lo que esta etapa resulta complicada. Por eso es imprescindible tener bien claras sus reglas.

Lo primero en el proceso de interpretación es llegar a un acuerdo con el autor del libro respecto al significado de las palabras.

Para que haya verdadera comunicación, es necesario que, escritor y usted, empleen la misma palabra con idéntico significado. Ello exige una cierta destreza por parte de ambos. Debe tenerse en cuenta, sin embargo, que el escritor ya dijo lo que quiere, por lo que es conveniente seguir la siguiente regla.

Quinta regla para realizar una lectura analítica o de comprensión.

Debe encontrar las palabras importantes, y en ellas ha de llegar a un acuerdo con el escritor respecto a su significado, es decir, ha de establecer ciertos términos comunes con el autor.

Seguir esta regla no siempre es fácil, porque una palabra puede ser vehículo de múltiples significados y un mismo significado puede expresarse mediante muchas palabras distintas.

Por eso debe tratar de entender, primero, el lenguaje mismo (es decir, la gramática usada por el autor, su modo de manejar las palabras) y después acceder al pensamiento oculto tras ese lenguaje (a la lógica del autor, a su modo de pensar).

Es así como se encontrará con la mente del autor, a través del lenguaje.

La quinta regla, sugiere que debe centrar su atención en ciertas palabras, en las que son importantes, ya que no todas las que utiliza un escritor lo son. Muchas veces, al lector le llaman más la atención aquellas palabras que le crean problemas (las que desconoce su significado) porque no son de uso frecuente para él.

Pero no por eso ésas palabras son las más importantes para el autor. Así que debe aprender a no centrarse tanto en ellas y a tratar de descubrir aquellos términos a los que el autor brinda una especial consideración.

Una manera de localizar esas palabras claves es teniendo en cuenta que cada rama del conocimiento tiene su propio vocabulario técnico, es decir, que cada ciencia o disciplina tiene palabras propias de sus investigaciones, o les otorga un significado distinto o más profundo a palabras de uso corriente. Estos usos “particulares” de las palabras se pueden descubrir de dos modos:

Positivamente, cuando se sabe algo sobre el tema y nos basta con ver la palabra para entender qué sentido se le está otorgando;

Negativamente, cuando no sabe sobre el tema pero se da cuenta de que esa palabra no es de uso corriente o que el significado que se le está dando no le resulta familiar.

Identificar estas palabras es especialmente importante cuando se lee un libro con textos filosóficos, pues los filósofos suelen acuñar palabras nuevas o convertir una palabra de uso corriente en vocabulario técnico.

El lector debe distinguir entre las palabras que no comprende lo suficiente de las que sí comprende, y luego, para encontrar el significado de las que no comprende, debe de usar el significado de todas las demás palabras que sí conoce, es decir el contexto.

Las palabras conocidas rodean a las extrañas (al vocabulario técnico) y constituyen ese contexto que sugiere cuál es el significado de la palabra desconocida.

Puede haber más complicaciones en la comprensión de las palabras. En algunos libros, una misma palabra se utiliza con diversos significados, o en muchas ocasiones, el autor usa palabras distintas para un mismo significado.

Además, hay un uso metafórico de las palabras, un uso emotivo, un uso real, etc., que el lector debe identificar. Por eso es conveniente hacer una lista con las palabras importantes y otra con los significados importantes, y si hay varios significados para una misma palabra, puede resultar útil buscar uno que represente a todos los demás o a varios de ellos.

Después de garantizar la plena comunicación a nivel de las palabras, debemos enfocarnos a la comprensión de las proposiciones.

Sexta regla para realizar una lectura analítica o de comprensión.

Es necesario que comprenda las proposiciones (propuestas)

Una proposición es una declaración de conocimiento o de opinión, o la respuesta a alguna pregunta, que expresa el escritor mediante oraciones. Es decir, mediante las oraciones el escritor expone lo que sabe, lo que opina, o responde a los cuestionamientos.

Pero no todas las oraciones son igual de importantes. Para el lector, las que más llaman la atención son las que se entienden con dificultad, las que han de leerse más despacio y con mayor atención. Ese sentimiento de dificultad en la comprensión de una oración o de un párrafo no es negativa, al contrario, es superando esa dificultad como realmente se aprende y se aprovecha la lectura.

Dicha dificultad puede llamarse perplejidad (confusión) y para la lectura es esencial sentir perplejidad y saberlo.

Las oraciones clave son las oraciones que dejan perplejo (confuso).

Por esa razón debe poner especial interés en ellas e investigar hasta que le queden claros los conceptos y lo que quiere decir el autor.

Para el escritor, las oraciones importantes son aquellas sobre las cuales se apoya su argumentación, es decir, aquellas que en las cuáles se dan razones para afirmar o negar algo. Éstas oraciones son el núcleo de su comunicación, por eso, a veces el mismo autor ayuda a identificarlas, subrayándolas, colocándolas en algún lugar especial, escribiéndolas con un estilo llamativo o utilizando algún recurso tipográfico (como ponerlas en cursivas o en negritas, etc.)  

Pistas para hallar oraciones clave:

a) Contienen palabras claves

b) Suelen pertenecer al argumento principal del libro

No basta saber cuáles son las oraciones importantes; hay que saber qué significan. El mejor modo para saber si se ha comprendido una oración o no consiste, de nuevo, en intentar expresarla con las propias palabras, construyendo una frase que sea fiel a lo que el autor piensa y está tratando de comunicarnos.

Otro modo para saber si se ha comprendido una oración es tratar de señalar una experiencia que se relacione con ella, o poner un ejemplo concreto.

Cuando las proposiciones se ordenan de modo que algunas ofrezcan razones para apoyar a otras, forman un argumento. En un texto, sólo algunos párrafos expresan argumentos, los que no lo hacen han de leerse deprisa y sin demasiada atención.

A veces se localizan primero las premisas del argumento, es decir, las razones que ofrece el autor para afirmar o negar algo. Si es así, lo que hay que buscar es la conclusión (la afirmación o negación apoyada por las premisas). Si, en cambio, se localiza primero la conclusión, hay que buscar las premisas.

Es necesario también distinguir entre argumentos inductivos (aquellos que parten de un hecho concreto y de él infieren una conclusión general, es decir, que usan la experiencia de un caso particular para entender cualquier caso de ese tipo) y argumentos deductivos (los que parten de un principio general y lo aplican a un hecho concreto).

Debe aprender a descubrir qué cosas da el autor por supuestas, es decir, aquellas cosas que el autor simplemente afirma sin ofrecer razones para ello, sin demostrarlas. Algunas cosas se dan por supuestas, otras se demuestran, y otras más son evidentes (son tan claras para todos que no necesitan demostración). El punto de partida de un argumento suele ser un supuesto en el que coinciden el autor y el lector.

Séptima regla para realizar una lectura analítica o de comprensión.

Hay que encontrar, en lo posible, los párrafos del libro que enuncien los argumentos importantes

Si éstos no están en un párrafo concreto, el lector ha de reconstruirlos, tomando partes de varios párrafos hasta reunir la secuencia de oraciones que constituye el argumento.

Conociendo los argumentos, podemos juzgar qué problemas ha resuelto el autor y cuáles no, y respecto a éstos últimos, determinar si el autor reconoce o no que no los ha resuelto. Este paso es crucial para saber si se ha comprendido el libro.

El lector que ha comprendido sabe si el autor resolvió los problemas que se había planteado.

Octava regla para realizar una lectura analítica o de comprensión.

El lector debe averiguar en qué consisten las soluciones del autor

Tercera Etapa – La Critica

Leer un libro es una especie de conversación con su autor; esto implica que ambas partes participan, que el lector no es un receptor pasivo de lo que el escritor dice.

Por eso no se limite a comprender la obra, sino que ha de enjuiciarla críticamente, esto es, señalar los aciertos y los errores que haya encontrado. Pero este juicio ha de hacerse según ciertas reglas de etiqueta intelectual y según algunas otras reglas que ayuden a definir los puntos de crítica.

Empecemos con las primeras.

Las reglas de etiqueta intelectual son aquellas que indican al lector cómo reaccionar ante lo que le dice al autor. El escritor está intentando convencer o persuadir de algo al lector, y ante esta persuasión el lector ha de comportarse con amabilidad y altura intelectual y ha de saber responder eficazmente.

A veces se confunde “crítica” con “disensión”, es decir, se piensa que enjuiciar un libro es ponerse automáticamente en su contra. Ello es un error, que impide el aprendizaje y la verdadera comunicación. Se puede estar en desacuerdo, pero si existen razones para ello, no por mero afán de discutir. Además, antes de juzgar hay que comprender: si no se es capaz de repetir con las propias palabras lo que el escritor ha dicho, no se le ha comprendido, y por tanto no se le puede criticar.

Novena regla para realizar una lectura analítica o de comprensión.

Primera regla de la etiqueta intelectual

El lector debe ser capaz de decir, con relativa certeza, “lo comprendo”, antes de añadir, “estoy de acuerdo” o “no estoy de acuerdo” o “suspendo el juicio”

Los tres comentarios de los que habla esta regla son las tres posibles posturas críticas. El suspender el juicio es una postura válida cuando por alguna razón (no se ha leído el libro completo y ello resulta necesario para comprenderlo, o no se conoce el resto de las obras del autor y son éstas las que dan luz para entender la obra leída, etc.) no sería justo hacer una crítica en un momento dado. Es entonces cuando lo honesto es suspender el juicio.

Décima regla para realizar una lectura analítica o de comprensión.

La siguiente regla de etiqueta intelectual se refiere a la actitud del lector.

Cuando el lector disiente, debe hacerlo de forma razonable, no para polemizar o disputar

El lector debe tener la misma disposición tanto para asentir como para disentir, tanto para señalar aciertos como para determinar cuáles son los errores. El lector no se debe sentir castigado si tiene que admitir que está de acuerdo con el autor, porque lo importante son los hechos, la verdad, y no el proteger nuestra vanidad intelectual aparentando que nada basta para convencernos.

Segunda regla de etiqueta intelectual

Cuando se tienen desacuerdos con lo expresado en el libro, es posible resolverlos.

Muchas veces se reducen a un malentendido o a ignorancia, y ambas causas se pueden eliminar apelando a los hechos y a la razón.

Hay que distinguir entre la expresión de un conocimiento y la de una mera opinión. Sólo si se trata de la exposición de un pretendido conocimiento y se descarta que el desacuerdo sea por malentendidos o ignorancia, la desavenencia con el autor puede ser sostenida y justificada, ofreciendo razones para ella, y definiendo los temas en los que se dan estas discrepancias.

Onceava regla para realizar una lectura analítica o de comprensión.

Tercera regla de etiqueta intelectual.

El lector debe respetar la diferencia entre conocimiento y simple opinión personal, aportando razones para cualquier juicio crítico

Si el lector, después de haber comprendido cabalmente el libro, está en desacuerdo con él, ha de expresar este desacuerdo según tres condiciones.

Primero, ha de reconocer si está poniendo alguna de sus emociones en disputa, es decir, ha de admitir si el contenido del libro afecta su vida y la manera en que lo hace, pues esta influencia puede ser parte de su desavenencia con él.

Segundo, ha de hacer explícito lo que da por supuesto, lo que implica conocer nuestros propios prejuicios.

Tercero, ha de intentar ser imparcial, intentando al menos adoptar el punto de vista del otro. Una crítica justa tiene en cuenta estas recomendaciones.

A un escritor se le puede criticar por las siguientes razones:

Está desinformado o mal informado

Sus razonamientos son ilógicos e inconsistentes

Presenta un análisis es incompleto.

El autor está desinformado cuando no tiene un conocimiento relevante sobre el tema, no está enterado de algo importante o no conoce alguna fuente de información fundamental, de modo que si la conociera cambiarían sus conclusiones.

El escritor está mal informado cuando afirma algo que no es cierto. Una suposición errónea lleva a conclusiones falsas y a soluciones insostenibles.

Decir que sus razonamientos son ilógicos significa que ha cometido una falacia (un error lógico) en alguno de sus argumentos: la conclusión no se apoya realmente en las premisas, o entre las pruebas que el autor aporta se sostienen dos cosas incompatibles entre sí (el autor se está contradiciendo en algún punto).

Se puede decir que un análisis es incompleto cuando el autor no ha resuelto todos los problemas que había planteado al inicio, o no ha hecho el mejor uso posible de los datos a su disposición, o no ha sabido sacar todas las consecuencias de sus afirmaciones, o no ha sabido distinguir detalles importantes, etc.

Es así como se puede establecer un desacuerdo inteligente con el autor. También el acuerdo, cuando se da el caso, ha de ser inteligente y razonado.

La riqueza de la lectura aún puede aumentarse utilizando ayudas como libros de consulta, comentarios, resúmenes, diccionarios, etc., o pasando al siguiente nivel, el de lectura paralela y confrontando lo dicho por otros autores (realizar análisis comparativos entre lo que dice un autor y lo que dice otro) 

Reglas Ortográficas

Las reglas ortográficas son las normas que regulan la escritura de las palabras. El sistema que forman estas normas, conocido como ortografía, constituye una convención sobre cómo debe manifestarse por escrito una determinada lengua.

Regla ortográfica

La ortografía, en definitiva, es un código. En nuestro idioma comenzó a desarrollarse en el siglo XVIII, sobre todo a partir de la fundación de la Real Academia Española (RAE). Gracias a las reglas ortográficas, aceptadas por consenso por toda la comunidad lingüística, se facilita la comprensión de los textos, ya que cada persona sabe cómo tiene que escribir cada término.

Las reglas ortográficas permiten determinar la forma de escritura correcta de aquellas palabras que incluyen grafías con sonidos muy similares: G/J, V/B, Z/S/C, etc. Las reglas ortográficas, por otra parte, indican cuándo deben tildarse las palabras y cómo emplear los signos de puntuación.

En las escuelas se hace especial hincapié en la enseñanza de las reglas ortográficas por parte de los profesores a los estudiantes, ya que es la manera de que los alumnos puedan aprender a escribir correctamente. De ahí que los maestros se encarguen de realizar en clase desde dictados hasta ejercicios que giran en torno a una regla ortográfica. Es más, incluso algunos docentes “endurecen” sus normas a la hora de corregir exámenes y les restan puntos por cada falta de ortografía que lean o por cada tilde que no se ha puesto.

Asimismo no dudan en establecer que los menores adquieran libros específicos para el aprendizaje de las citadas reglas ortográficas, compuestos de un sinfín de ejercicios que les ayudarán a adquirirlas sin demasiado esfuerzo.

Un ejemplo de regla ortográfica es aquella que indica que, después de la letra M, se escribe la letra B y no la V. Por eso debemos escribir “también”, “cambiar” y “tambor”, y no “tamvién”, “camviar” o “tamvor”.

De manera similar, una regla ortográfica señala que tras la N, se debe escribir la V en lugar de la B: “convidar”, “envío” e “invitación”, pero no “conbidar”, “enbío” o “inbitación”.

Se establece que, además de estas reglas ortográficas expuestas, en castellano hay otras que están consideradas como las más importantes y significativas:

-Bra, bre, bri, bro y bru siempre se escriben con la letra b.

-Se establece que se escribe con b cuando después hay una consonante. Ejemplos de esto son obvio y obstruir, entre otras.

-La z nunca se utiliza para escribir con la e ni con la i. Es decir, no se escribe zepillo sino cepillo.

-Se escribe con j las palabras que acaban en -aje y -eje. Ejemplos: cortometraje y despeje.

-Sólo se usará doble ere cuando va entre vocales: carro, parra, turrón…

-Se escribe con g los verbos que terminan en -ger, -gir y -igerar. Este sería el caso, por tanto, de coger, dirigir y aligerar.

Cabe destacar que algunos escritores e intelectuales han pedido eliminar las reglas ortográficas o, al menos, simplificarlas. Ese es el caso del colombiano Gabriel García Márquez, quien sugirió que no deba utilizarse la H cuando la letra no cumple ninguna función, entre otras propuestas.

Las reglas de gramática y ortografía son muy importantes a la hora de establecer una correcta comunicación escrita. Los errores de ortografía pueden cambiar el sentido y el significado del mensaje que se desea transmitir, por ello es importante tener presentes algunas reglas básicas. 

Todos podemos cometer algunos errores a veces, pero mejor evitarlo teniendo presente estas seis reglas de oro de la ortografía del idioma español.

La Puntuación

La puntuación es el proceso y el resultado de puntuar (establecer los signos que indica la ortografía en cada oración, obtener tantos en una cierta competencia). La puntuación también es la totalidad de los signos que permiten puntuar y el resultado de la acumulación de las unidades en un juego o deporte.

Puntuación

Por ejemplo: “El texto está bien escrito, aunque debes prestar atención a la puntuación”, “No sé quién redactó el comunicado: la puntuación es horrible”, “Fue un partido con escasa efectividad en el ataque y una puntuación muy baja”.

Los signos de puntuación son aquellos que permiten marcar el final de una frase y establecer pausas. De este modo, es posible jerarquizar las diferentes proposiciones, organizar los contenidos y conferir una estructura a un discurso.

Numerosos son los signos de puntuación que existen. No obstante, los más importantes son el punto, la coma, los dos puntos, las comillas, los paréntesis, el punto y la coma, los puntos suspensivos, el guión, los signos de exclamación y los de interrogación.

El uso de la puntuación depende de múltiples cuestiones, incluyendo el estilo personal del emisor. Es importante, de todas maneras, respetar ciertas reglas básicas para que el mensaje sea coherente y pueda ser comprendido por el oyente.

Entre las reglas básicas de puntuación se encuentran estas:

-El punto y final se coloca al final de un enunciado para cerrarlo.

-La coma, además de para permitir el establecimiento de una enumeración, sirve para determinar una aclaración.

-Los dos puntos se deben utilizar para introducir ciertas palabras o citas textuales de alguien.

-El punto y coma, por su parte, es obligatorio que se emplee para permitir una enumeración en la que, a su vez, se incluyen comas.

-Las comillas se deben usar en todo momento para citas textuales, destacar una palabra en otro idioma, indicar el sentido irónico de un término, hacer hincapié en una expresión…

-Los paréntesis, por otro lado, tienen como función intercalar un texto dentro de otro o bien realizar una aclaración determinada.

Veamos un ejemplo: “Juan, Carlos y María fueron a cenar al término de la obra de teatro. Luisa, la esposa de Juan, no se sumó al grupo ya que no se sentía bien”. En este caso, podemos apreciar el uso de la coma para separar los nombres de las personas y para incluir una aclaración. El punto seguido al finalizar la primera oración, por otra parte, separa dicha proposición de la siguiente.

La misma expresión sin la puntuación adecuada no se comprendería bien: “Juan Carlos y María fueron a cenar al término de la obra de teatro Luisa la esposa de Juan no se sumó al grupo ya que no se sentía bien”

De la misma manera, no podemos pasar por alto que también se emplea el término puntuación dentro del ámbito del deporte y de los juegos. Así, por ejemplo, en una liga de fútbol cualquiera, los equipos van sumando puntos por sus victorias y empates. En base a los mismos, obtendrán una puntuación final que será la que determinará quién es el club ganador al final de la competición.

Técnicas De Compresión Oral

El concepto de comprensión está relacionado con el verbo comprender, que refiere a entender, justificar o contener algo. La comprensión, por lo tanto, es la aptitud o astucia para alcanzar un entendimiento de las cosas.

Comprensión

Por ejemplo: “Los alumnos tienen serios problemas en la comprensión de textos”, “Estoy aprendiendo alemán, pero todavía me cuesta la comprensión de algunos conceptos”, “Sin la comprensión de las reglas, nunca podrás jugar a este deporte”.

La comprensión es, por otra parte, la tolerancia o paciencia frente a determinada situación. Las personas comprensivas, de este modo, logran justificar o entender como naturales las acciones o las emociones de otras: “Comprendo que tengas miedo, pero tienes que hablar con ella”, “Si quieres hablar conmigo, ya sabes que contarás con mi comprensión”.

Se conoce como comprensión lectora al desarrollo de significados mediante la adquisición de las ideas más importantes de un texto y a la posibilidad de establecer vínculos entre éstas y otras ideas adquiridas con anterioridad.

Es posible comprender un texto de manera literal (centrándose en aquellos datos expuestos de forma explícita), crítica (con juicios fundamentados sobre los valores del texto) o inferencial (leyendo y comprendiendo entre líneas), entre otras.

Los factores que influyen en la comprensión de la lectura son: el lector, la lectura en si, los conocimientos que la persona tenga de antemano y las formas que utilice para realizar dicha acción.

Cabe señalar que una de las razones que se relaciona con la deserción escolar es la incapacidad de los alumnos para comprender lo que leen y posiblemente esta sea responsabilidad del sistema educativo, donde se enseña a leer pero no a comprender lo que se lee.

La razón por la que muchos niños no sienten interés por la lectura es porque no saben comprender, y eso los frustra y aburre. Si en el colegio recibieran lecturas más amenas o que tuvieran más que ver con su vida cotidiana, seguramente habría muchos más jóvenes que se acercarían a la lectura y se apasionarían.

Dentro de la educación, la enseñanza de la lectura y escritura es muy importante, porque gracias a ellas es que que se pueden adquirir todos los otros conocimientos. A la hora de plantear los objetivos de la comprensión lectora en la educación, debe buscarse que los alumnos aprendan a utilizar determinadas estrategias que pudieran ayudarles a discernir entre diferentes textos y conseguir un aprendizaje eficiente.

Cabe resaltar que la hermenéutica (del griego hermeneutiké) es la disciplina que se dedica al estudio de la interpretación de los textos, determinando el significado preciso de los términos que se han empleado para transmitir las ideas.

La comprensión en la comunicación

La comprensión oral exige el intercambio entre las fuentes informativas y el uso que se haga de ella. Es decir que el conocimiento de la lengua y del mundo podrá ayudarnos a comprender el proceso de comunicación y saber qué información de la que recibimos es relevante y cual no.

Sobre la forma en la que la mente utiliza sus conocimientos para discernir aquello que se le presenta desde el exterior a través de la comunicación, existen muchas teorías. Sin embargo, de todo lo que se ha expresado al respecto podemos resaltar dos puntos bastante importantes: el modelo de abajo-arriba (la mente tiene una única forma procesar la información: identificando los sonidos, realizando un análisis superficial sobre los mismos y luego uno semántico y estructural para comprender su real significado dentro del contexto comunicacional en el que se encuentra) conocido como bottom-up, y el modelo de arriba-abajo (la mente se vale de los elementos de su entorno para realizar un análisis particular en cada proceso de comunicación. Es decir que el individuo se enfrenta al enunciado de forma global y luego descompone las unidades para comprender su verdadero significado) también llamado top-down.

De todas formas existen otros elementos que intervienen en la comprensión oral, como el lenguaje hablado, el cual se encuentra codificado en diferentes sonidos, se produce en un determinado momento y no puede repetirse, y es absolutamente diferente al lenguaje escrito.

Para comprender los mensajes el cerebro realiza una determinada cantidad de funciones. Primero distingue del mensaje lo que puede ser útil del resto, pudiendo separar entre ruido y palabras, por ejemplo. Después decodifica los aspectos acústicos y consigue sacar en limpio el sentido del mensaje. Recién entonces puede hablarse de comprensión, conocer el significado de las palabras no es suficiente para comprender de qué se está hablando.

En lo que respecta a la lectura, la comprensión es un proceso bastante complejo y ambiguo.

Para finalizar, podemos señalar que, en la lógica, la comprensión es la totalidad de las notas que forman un concepto. De esta forma, el concepto “hombre” queda comprendido por las notas “animal” y “racional”. Para la ética, es la virtud fundamental de entender y aceptar los hechos desde el razonamiento. Finalmente, en psicología el concepto de comprensión esta ligado a la capacidad de la persona de analizar su historia y entender cada aspecto de ella.

Estructura De Los Textos Escritos

Cada texto, sea grande o pequeño respeta un orden, si se trata de un texto es científico por lo general guarda la siguiente estructura en los libros, en las revistas, en textos:

Estructura de un Texto en un libro, postal

Desarrollo – Cuerpo: Es una de las partes en las que se dan las explicaciones, se profundiza la información, se expone la idea, y puede contener Fotos, Gráficas para complementar la información escrita. En una redacción es la parte que más rapidámente se redacta por la cantidad de información que maneja.

Partes de un Texto Inconcluso, no poético

Clasificación de Textos

Textos Períodisticos.-  Responden a varias preguntas: ¿Qué sucedió? ¿Quién o quiénes participaron en el hecho? ¿Cuándo pasó? ¿En dónde pasó?

Textos escolares .-  Hay información explícita de los temas, preguntas y respuestas, conceptos y conocimientos generales.
Textos literarios.- Se expresan en verso o prosa poética. Transmiten ideas, emociones y sentimientos del autor. Pueden ser de hechos reales o ficticios.

Currículum vitae

Curriculum vitæ (o currículum vítae, en español) es un concepto latino que significa “carrera de la vida”. Surgió en contraposición y por analogía a cursus honorum, que se utilizaba para denominar la carrera profesional de los magistrados romanos. Como una forma de simplificar el concepto, suele utilizarse sólo el término curriculum o currículum. Incluso puede usarse la abreviatura C.V.

Currículum

En la actualidad, la palabra currículum permite referirse al conjunto de experiencias de un sujeto, entre ellas las laborales, las educacionales y las vivenciales. El currículum resulta un requisito casi ineludible a la hora de presentarse para solicitar un empleo.

Podría decirse que cada persona tiene su propio estilo a la hora de elaborar su currículum, aunque los especialistas aconsejan respetar ciertas pautas para que el potencial empleador tenga un acceso simplificado a la información.

Existen tres grandes tipos de currículum a la hora de organizar los datos: el cronológico (ordena la información laboral desde el empleo más antiguo al presente; no se recomienda para aquellos que han cambiado de trabajo con frecuencia), el inverso (destaca la experiencia laboral más reciente, ideal para quien busca un nuevo puesto de empleo que mantiene una relación con el actual) y el temático (organiza la información por bloques temáticos, una opción útil para quien cuenta con experiencia en campos muy diversos).

No obstante, aunque existen tres grandes modelos de currículum, todos ellos deben incluir una serie de apartados imprescindibles y comunes. Así, entre estos se encontrarían los datos personales que se incluyen en el encabezado y que deben recoger el nombre y apellidos de la persona en cuestión, su domicilio, la edad y el estado civil, el número de teléfono y también su dirección de correo electrónico.

De la misma forma, e independientemente del orden en el que se establezcan, el currículum vitae también es obligatorio que incluya lo que es la formación reglada, es decir, los estudios realizados así como la formación complementaria, que hace referencia a todo el conjunto de cursos que también ha llevado a cabo el candidato en cuestión para reforzar los oficiales.

Su nivel idiomático, sus conocimientos a nivel informático y, como no podía ser de otra manera, su experiencia laboral son los otros apartados que de manera irremediable deben incluirse en cualquier CV para así poder conseguir que la empresa a la que se dirige se interese, entreviste a la persona y esta tenga posibilidad de acceder al puesto de trabajo por el que opta.

Además de estos estilos personales, existen también curriculums normalizados que son establecidos por las instituciones oficiales. A nivel europeo, por ejemplo, existe el CV Europass, mientras que la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT) promueve en la actualidad el proyecto Currículum Vítae Normalizado de I+D+i (CVN).

Por último, es importante recalcar que en los últimos años las tecnologías han llegado de manera contundente a lo que es la preparación de un currículum. Tanto es así que muchas personas han optado por avanzar en esta materia y realizar un video currículum que, como su nombre indica, es un archivo audiovisual donde es el propio candidato quien da a conocer todos los datos relevantes sobre su persona, formación y experiencia.

La Entrevista

Una entrevista es  un diálogo entablado entre dos o más personas (entrevistador y entrevistado/s) en el que se pretende utilizar las opiniones del entrevistado como fuente de información. Además, suelen aparecer en los medios como la televisión, la radio o los periódicos.

1-    Entrevistador:

Es la persona que realiza la entrevista. Sitúa al lector/oyente en el contexto y se encarga de elaborar una serie de preguntas en referencia al entrevistado y en un tema en concreto. Al finalizar, realiza una pequeña conclusión de lo acontecido.

Además, debe hablar de manera clara, precisa y en voz entendible, hacer preguntas con una entonación natural. Las preguntas deben  ser concisas. Además, ha de estar informado sobre la persona a la que entrevistará. También, será necesario que tenga una buena capacidad de improvisación.

2-    Entrevistado:

Es la persona que contesta a las preguntas del entrevistador. Tiene interés en responder sobre un tema en concreto. Previamente, debe prepararse un discurso para las posibles preguntas que puedan realizarle.

Partes de una entrevista:

Una entrevista está claramente marcada por 4 partes diferenciadas:

1   Título: Se trata de una parte significativa para llamar la atención. Suele ser una de las frases más relevantes del cuerpo.

2- Introducción: En este apartado se encuentran los motivos por los que se realiza la entrevista, y una presentación del entrevistado para captar la atención del público.

3-  Cuerpo: Se refiere a todas las preguntas y  respuestas que forman la mayor parte de la entrevista .
4     Cierre: Se trata de la parte donde se recogen las ideas principales de la entrevista. Además finaliza la misma.

Juntas Eficaces

Nuestros clientes y participantes ya me han escuchado decir varias veces que la gestión de proyectos es asignar nuestros más preciados recursos: tiempo y dinero,  a la lista de “esfuerzos correctos”. Son los esfuerzos y proyectos que valen la pena para alcanzar nuestros objetivos. Y también me han escuchado decir que de esos dos recursos es sin duda el tiempo el más escaso.

Todos cuidamos nuestro dinero a nivel personal y corporativo, y he visto muchos casos en los que se autoriza una lista enorme de proyectos porque la empresa los puede costear. Sin embargo, no concluyen a veces ni la mitad porque no tienen personas suficientes para guiarlos e implementarlos. Todos los seres humanos, absolutamente todos, sólo tenemos 24 horas al día, y cada vez queremos hacer más actividades. Y desafortunadamente, conseguir más de ese tiempo no es opción. Desde el enfoque organizacional, no me refiero al tipo de actividades que puedes subcontratar, me refiero al tiempo de enfoque y estrategia necesario para que una empresa pueda absorber un cambio y mejorar su cultura.

Juntas Eficaces

Por tanto, dedicar tiempo a optimizar la gestión es un buen negocio. Podría afirmar que aproximadamente 8 de cada 10 personas consideran que tienen demasiadas juntas y que no son tan eficientes.

A continuación menciono algunos tips a considerar para optimizar el tiempo asignado a reuniones de trabajo. Muchos probablemente ya los conozcas y sólo los recordarás, otros quizá puedas incorporarlos a los hábitos productivos de tus equipos de proyecto.

Aceptemos que la gestión de proyectos es un tema de reuniones de trabajo y comunicación eficiente. Es importante gestionar las expectativas al respecto. El PMI (Project Management Institute) lo afirma constantemente: el líder de proyecto debe, como función primordial, gestionar expectativas de los “stakeholders” o interesados en el proyecto, integrar y comunicar.  Esto se hace a través de reuniones y documentos. Por tanto, si a alguien no le gusta el tema de tener reuniones, llegar a acuerdos, dar y recibir coaching, negociar y gestionar conflictos, quizá deberá replantearse su labor en proyectos.

Planea las reuniones. Un sistema de reuniones establecido desde el principio puede ser muy eficiente. Hay distintos tipos de reuniones con diferentes objetivos, foros, enfoques y por tanto tratamiento. Existen al menos:

Reuniones de trabajo para un tema particular: ej. Un diseño, gestión de riesgos, un problema que solucionar. Deberán estar las personas involucradas, y asegurar que todos tienen claro el objetivo y lo que se espera de ellos.

Reuniones de estatus: para elaborar el reporte de estado del proyecto, cuando se tiene un sistema para obtener los datos y para realizar el reporte, puede ser muy eficiente.

Reuniones informativas: para comunicar algún tema relevante del proyecto, el expositor tendrá que ajustarse a la audiencia para emitir un mensaje adecuado, entendible y esperado por los receptores.

Acuerda temas y participantes previamente. Este tip es viejo conocido, pero no siempre está presente. Define un objetivo y agenda específica. Asegúrate que asistan sólo los involucrados que tengan una razón par estar ahí y que conozcan la agenda para que vayan preparados.

Apégate al programa. Es muy común que por ejemplo, en una reunión de planeación, surja un tema importante e inconcluso y los participantes se desvíen a solucionar el punto en cuestión. Si la reunión es de planeación, es importante enfocarse a ello y evitar toda desviación para solucionar un tema en particular. Una reunión de planeación  define tiempos para solucionar temas específicos, es importante concluir el plan, y puede tornarse un eterno proceso cuando lo interrumpimos con desviaciones y distracciones. Lo mismo pasa con las reuniones de gestión de riesgos, donde se definirán responsables de ejecutar acciones, no se busca en esa reunión ejecutar a acción de respuesta.

Asigna roles concretos y rótenlos. Algunos líderes están acostumbrados a presidir las reuniones, su rol es tan activo que los demás terminan por manejarse de forma muy pasiva. Asignar roles como secretario, moderador, encargado de logística o de seguimiento a acuerdos,  etc. Puede mantener al equipo más activo y participativo.

Gestiona a los participantes. Cada equipo tiene su estilo y el objetivo es obtener lo mejor de todos los participantes.  Me ha pasado tener reuniones con equipos callados y pasivos, donde generar discusión y propuestas es complicado, en ese caso trato de dejar claro lo que se espera de ellos y asigno responsabilidades concretas. También me ha pasado gestionar equipos donde todos hablan mucho y la reunión se alarga en exceso. Recuerdo una ocasión donde en un grupo con 20 mujeres empresarias, sugerí dar tres bolitas de papel a cada participante. Cada una de ellas tendría 3 participaciones de 2 minutos cada una. Si francamente requería más tiempo podría tomar un minuto más. Igualmente si utilizaba sus 3 participaciones y requería una más podía usarla, pero siempre considerando que sus aportaciones deberían ser pertinentes y concretas. Esa técnica la utilizamos 3 veces, posteriormente ya no fue necesario, ya habíamos creado conciencia de que el tiempo de los demás es importante.

Define un protocolo y evalúalo desde la efectividad. Definan reglas sencillas y prácticas y evalúenlas constantemente en aras de ajustarlas si es necesario. Patrick Lencioni recomienda tener reuniones agendadas desde el principio.  Cada 2 o 3 meses por ejemplo, para que el equipo revise su efectividad. “Hablar de cómo hablar” puede ser muy productivo, ajustar los protocolos, abrir conflictos y diferencias, proponer métodos para ajustar y mejorar la comunicación fortalece la unión de equipo y mejora la cultura efectiva. Si es necesario, puede pedirse el apoyo de un facilitador externo, especialmente cuando hay conflicto. Por ejemplo, algunas que he vivido en trabajo en equipo:

La puntualidad es importante: multa por cada minuto tarde y con ello hacemos una reunión de equipo.

Al final de una reunión tediosa alguien es responsable de compartir algo como: la frase de la semana, el chiste, la experiencia, etc. Esto lo utiliza un muy reconocido Director de planta en Querétaro, quien es un verdadero líder y ha logrado que su equipo vea las reuniones con humor y agrado.

Un chocolate de premio a la mejor aportación, votando todos los participantes.

Son algunos ejemplos que dependiendo de la situación, el equipo podría proponer para hacer el tiempo juntos más agradable y productivo. Espero que estos puntos te sirvan para mejorar tu efectividad y aprovechar mejor tu tiempo, con lo que lograrás incrementar tu calidad de vida.

Como Manejar Los Conflictos

Aunque no nos gusten los conflictos en la empresa, muchas veces son inevitables, por eso hoy os contamos cómo manejar los conflictos desde el departamento de recursos humanos.

Lo importante no es saber cómo evitar o suprimir el conflicto, porque esto solo suele tener consecuencias negativas y paralizadoras. Más bien, el propósito debe ser encontrar la forma de crear las condiciones que alienten una confrontación constructiva y vivificante del conflicto. Folberg.

El conflicto se puede definir como un enfrentamiento que surge entre varias personas o grupos de personas y que perjudica a la consecución de los objetivos.

Las fuentes del conflicto pueden ser diversas, desde la falta de comunicación, la diferencia de poder o las diferencias personales, hasta la escasez de recursos.

Tipos de conflictos empresariales

Los conflictos tienen distintas causas y por ello hay distintos tipos de conflictos empresariales.

Conflictos basados en intereses. Estos conflictos se dan cuando se percibe competencia o intereses opuestos entre los empleados. Recuerda que trabajar en equipo y por el bien de todos es esencial, demostrar lo que sabes está bien, pero no intentes chafar a tus compañeros.

Conflictos estructurales. La estructura de la organización es crucial. Si hay mucha diferencia entre roles o muchos obstáculos que dificulten la cooperación, el conflicto está asegurado. ¡Creemos organizaciones flexibles y fuera los malos rollos!

Conflictos de valores.Cuando hay diferencias a la hora de evaluar ideas y tomar decisiones o cuando hay distintas percepciones sobre las mismas cosas,  pueden surgir desencuentros entre los empleados y los equipos.

Conflictos de relaciones. Estos conflictos surgen cuando

Conflictos de información. Surgen cuando la información es escasa o directamente no existe. Por ello, hay que saber cuál es la información más relevante y hacerla llegar a los empleados. ¡Todos tenemos qué saber qué está ocurriendo

¿Cómo manejar los conflictos?

Los especialistas en management y dirección de equipos sugieren tres tipos de estrategias principales para manejar los conflictos en la empresa.

Reducir el conflicto. Cuando el conflicto va tomando forma y se prevé que va a afectar a la marcha de la organización es momento de plantearse nuevas metas, cooperación entre las partes e incluso situaciones de “amenaza común”.

Resolver el conflicto. Cuando sea imposible eliminar el conflicto se puede, a través de la autoridad, dominar o suprimir el conflicto. Actuar como árbitro para convencer a las partes o integrar deseos y necesidades de ambas partes para encontrar una solución integrada.

Estimular el conflicto. Acudiendo a personas ajenas de la organización o intentando reestructurar la organización y huir de la rutina organizacional.

Manejar los conflictos interpersonales

Identifica el problema. Analiza el conflicto para poder aclarar el problema o los problemas importantes Algunos conflictos pueden parecer muy complicados y verse como una red de diferentes problemas con muchos contratiempos y vicisitudes. Sin embargo, si reflexionas detenidamente sobre la situación, probablemente descubrirás uno o dos temas principales en el centro del conflicto que pueden ayudarte a enfocar tu posición y expresar mejor tus preocupaciones.

Entre algunas de las preguntas útiles sobre las que podrías reflexionar están las siguientes: ¿Qué acontecimiento o momento desencadenó el conflicto? ¿Qué es lo que quieres pero no obtienes? ¿Qué tienes miedo de perder? ¿Tu frustración o ira es precisa y adecuada para la situación o es exagerada?[3]

Haz una lista de los problemas a medida que los conozcas a través de tu periodo de reflexión y anota aquellos que se superpongan y se conecten. Si no puedes descubrir de inmediato el tema principal, la superposición deberá ayudarte a identificarlo con bastante rapidez.

Identifica los actores principales. También es importante asegurarte de saber quiénes son las principales personas involucradas en el conflicto. Pregúntate con quién estás enfadado o frustrado y si diriges tus emociones hacia esa persona o hacia otra parte. Saber a quién abordar es tan importante, si no más, que saber qué abordar para así poder manejar el conflicto de una manera eficaz.

Separa a la persona del problema. Visualiza el problema como un comportamiento específico o un conjunto de circunstancias en lugar de atribuírselo al carácter esencial o a la personalidad de esa persona. Este método hará que el problema sea más manejable y puede salvar tu relación con ella, en lugar de solo decidir que ya no te agrada más.

Expresa tus preocupaciones. Deja que la otra persona sepa cómo te sientes, cuál es el problema específico y qué impacto tiene en ti. Esto ayudará a mantener la conversación centrada en tus necesidades y emociones en lugar de en un ataque dirigido hacia la otra persona y su comportamiento

Te será útil emplear frases en primera persona, tales como “Siento que…”, “Creo que…”, “Cuando tú (descripción objetiva del problema), siento que…”, “Me gustaría que (lo que quieres que haga la persona en el futuro para evitar el problema)…”. Por ejemplo, la frase “Siento que no pasamos suficiente tiempo juntos” es más efectiva que “Tú siempre me descuidasUtiliza un lenguaje neutral. A menudo, cuando las personas se involucran en un conflicto con los demás, emplean un lenguaje provocador, recurriendo a obscenidades, insultos y humillaciones. Dicho lenguaje solo exacerba el conflicto y generalmente aleja la conversación de los temas principales. Procura utilizar un lenguaje neutral o más objetivo que indique tu disposición a ayudar a que la conversación se vuelva menos emocional.

Sé específico. Brinda dos o tres escenarios concretos que ilustren lo que quieres decir con la finalidad de ayudar a la persona a entender tu perspectiva. Por ejemplo, si sientes que un amigo te ignora, dale un ejemplo específico de este hecho, como al decir “Me dolió mucho cuando te fuiste temprano de mi fiesta de cumpleaños para salir con tus otros amigos en lugar de pasar más tiempo conmigo”.

Sé un oyente activo. La escucha activa es una de las herramientas más poderosas que puedes dominar. Es apropiado para la vida cotidiana y promueve la comunicación positiva, abierta y no amenazante con los demás. El único objetivo de la escucha activa es garantizar tu comprensión. Estos son algunos consejos acerca de cómo ser un buen oyente activo:[7]

Enfócate en la otra persona. Deja a un lado cualquier distracción mental y establece una intención de darle importancia a lo que la otra persona te diga. Mediante la escucha, podrás obtener información importante que te permita solucionar el conflicto.

Mantente constante (pero sin hacer un contacto visual agresivo).

Evita utilizar un lenguaje corporal que sugiera juicio o ira, como girar los ojos, cruzar fuertemente los brazos o las piernas, o incluso sonreír con un aire de superioridad. Tu objetivo es recopilar información, no establecer juicios, y debes hacer que la otra persona sienta que puede confiar en ti.

Dale a la otra persona el espacio y el tiempo adecuado para que hable. Evita interrumpirla para exponer tu caso y ahórrate los comentarios o las preguntas de seguimiento para después de que haya terminado de expresar su opinión.

Alienta a la persona con comentarios o gestos de afirmación simples. Por ejemplo, asiente un poco con la cabeza o di “Puedo entender lo molesto que eso sería”. Un simple “mmm” también puede indicarle a la persona que la escuchas. Estos comentarios y gestos pueden demostrar comprensión y fomentar la continuación del diálogo.

Demuestra empatía. Demuestra comprensión por la posición de la otra persona, ya que esto también puede transmitir atención así como una comprensión general de que ambos son seres humanos, no robots automatizados.

Presta atención a las señales no verbales. Aprende a entender el lenguaje coporal y a interpretar las señales físicas de las demás personas, incluyendo su forma de sentarse, su tono de voz y sus expresiones faciales. Las cosas que las personas hacen con sus cuerpos pueden ser tan reveladoras, si no más, que las palabras.[

Reflexiona. A menudo, los conflictos surgen porque una parte siente que no la escuchan o entienden.

 Esto significa que algunos conflictos pueden manejarse con solo demostrar que has escuchado lo que dijo la otra persona. Tómate un tiempo durante la conversación para retransmitir lo que haya dicho la otra persona. Esto te ayudará a aclarar tu propia comprensión y a transmitirle el hecho de que la has escuchado y entendido

Por ejemplo, si tienes un conflicto con un compañero de trabajo en tu empresa y acabas de dejarlo hablar, resume y retransmite sus preocupaciones, como por ejemplo: “Si te escuché bien, piensas que se te ignoró para el nuevo proyecto y te gustaría ser parte del comité de planificación”. Luego espera a que la otra persona te confirme o te corrija lo dicho.

Trabajen juntos para resolver el conflicto. La cooperación como medio para resolver los conflictos demanda que cada persona deje de echarle la culpa a la otra y que ambas se hagan responsables del problema. Comprométanse a trabajar en conjunto para resolver eficazmente el conflicto en cuestión.

Hay una serie de estrategias que pueden ayudarte a ti y a la otra persona con la que tienes el conflicto a llegar a un acuerdo o resolución:

Haz a un lado las posiciones. Una “posición” es el resultado deseado de un conflicto que generalmente no es negociable y da lugar a un punto muerto. Una posición podría ser “Quiero otro compañero de habitación” o “Me rehúso a seguir trabajando con esta persona”. Para resolver el conflicto de manera razonable, cada parte debe hacer a un lado sus posiciones.

Enfócate en el presente y en el futuro. Los conflictos tienden a enfocarse en los errores y comportamientos del pasado. Sin embargo, una de las formas más importantes en que ambas partes pueden hacerse cargo del problema es reconocer que, sin importar lo que haya sucedido en el pasado, ambos necesitan enfocarse en la forma en que pueden mitigar y corregir este problema en el presente y futuro.

Sé creativo. Como regla general, no es sencillo llegar a una resolución que satisfaga a todos y a menudo es necesario ser un poco flexible y pensar con sensatez. Con frecuencia, los acuerdos alcanzados con demasiada prontitud o rapidez en el proceso de manejo del conflicto no duran debido a que no consideran lo suficiente todas las ramificaciones del acuerdo (p.ej. si tú y tu compañero de habitación acaban de decidir comenzar a comprar sus propias provisiones por separado, ¿quién pagará los artículos compartidos como el papel higiénico?). Genera una serie de opciones para pensar “fuera de la caja”.

Sé específico en la resolución del conflicto. Al solucionar un conflicto con otra persona, asegúrate de ser preciso y específico.[15] Por ejemplo, tal vez tengas un conflicto con tu compañero de habitación y ambos hayan elaborado un “acuerdo de compañeros de habitación” por escrito. Antes de ponerle fin, asegúrate de que ambos entiendan completamente cada estipulación (por ejemplo, si el acuerdo señala que debes limpiar el baño de forma bisemanal, ¿significa dos veces por semana o cada dos semanas?). Considera firmar el acuerdo una vez que ambos hayan aclarado todas las preguntas y ambigüedades que podrían interpretarse de forma diferente.

Acepta la posibilidad de tener desacuerdos. Cada persona tiene un punto de vista único y en raras ocasiones se ponen de acuerdo en todos los detalles. Es importante no tratar de averiguar cuál de ustedes está en lo “correcto”, pues eso no es relevante y no ayudará a resolver el conflicto

Ten en cuenta que la verdad es relativa; lo que una persona considera como cierto no necesariamente lo es también para otra. Por ejemplo, considera los diferentes testimonios de varios testigos que presenciaron el mismo accidente de tránsito pero que pudieron haberlo hecho desde múltiples ángulos. La verdad depende del 

Considera el momento adecuado para ceder. Algunos problemas no pueden resolverse de acuerdo con la satisfacción total de ambas partes, en especial si una de ellas elige rechazar las negociaciones y mantenerse firme en lo que quiere

Por lo tanto, debes preguntarte qué tanto te importa el problema central del conflicto y si estás dispuesto a ceder o mantener el dialogo para llegar a una resolución diferente.

¿El problema es de importancia real y material? Esto es lo que debes preguntarte y puede ser difícil para tu ego. Si la otra parte se rehúsa a ceder y te das cuenta de que es un problema más importante para ella que para ti, entonces puede ser momento de ceder y ponerle fin al conflicto.

No es necesario que la concesión sea un acto dramático. Un simple “Luis, escuché lo que dijiste el otro día cuando hablábamos acerca de la diferencia en los horarios. Si bien aún creo que podría modificarse, creo que tendría mayores repercusiones en ti que en mí y estoy dispuesto a finalizar este desacuerdo. Estoy dispuesto a respaldar tu opinión de mantener el horario que hemos establecido”. Siempre puedes dejar en claro tu opinión mientras apoyas la suya.

Tómate un tiempo. Si llegan a un punto muerto, pídele tiempo a la otra parte para reflexionar sobre su argumento. No obstante, no la dejes con la palabra en la boca. Especifica un día y una hora para retomar la discusión

También puedes pedirle a la otra parte que dedique un tiempo a reflexionar sobre tu posición.

Durante esta pausa, ponte en los zapatos de la otra persona, y prueba su posición y la razón por la que le concierne. Si fueras la otra persona, ¿cómo negociarías con alguien como tú?

Asimismo, asegúrate de volver a analizar tu propio punto de vista. ¿Hay áreas de menor importancia donde podrías ceder un poco mientras mantienes los aspectos que más te importan?

Si se trata de un conflicto comercial, profesional o laboral, considera la posibilidad de enviar un resumen objetivo y no amenazante de la última discusión a la otra parte. Esto no solo reitera tu entendimiento del asunto, sino que también sirve como recordatorio de tu propio punto de vista y puede demostrar un enfoque profesional en caso de que el problema se tome fuera de contexto en algún punto. También sirve como un modo de rendición de cuentas para ambas partes.

Mantén la confidencialidad. Mantén la discusión del conflicto dentro de un límite tanto para ti como para la otra parte. En general, siempre debes lidiar directamente con la persona con quien tienes el conflicto. Evitar este encuentro o ventilar los problemas a los demás generalmente intensifica el conflicto y puede dar lugar a la propagación de rumores

Perdona. Si tú y la otra parte se han agraviado entre sí, ambos deben hallar un lugar que les permita perdonarse verdaderamente, incluso si es imposible olvidar realmente lo sucedido. Esta es la manera madura de proceder y será el camino más fácil hacia la resolución y cooperación en el futuro.

Si en verdad no puedes perdonar a la otra persona, entonces debes encontrar una forma de manejar tu relación con ella en caso de que aún debas verla o pasar tiempo a su lado.

Para perdonar a alguien, se necesita un carácter fuerte y compasión. Si puedes perdonar a alguien que te hizo daño, entonces siéntete orgulloso de ti mismo por ser capaz de perdonar y seguir adelante dejando atrás tu conflicto

Si los rumores ya están circulando, alienta a la otra parte a que se reúna contigo para elaborar un plan que le ponga fin a los chismes.

Pídele ayuda a una tercera parte. Si sientes que no llegas a ningún lado y que solo empeoras las cosas, considera la posibilidad de pedir ayuda para manejar este conflicto, ya sea que decidas consultar con un representante, buscar consejería o pedirle ayuda a un amigo en común que sea cercano.

Por lo general, una tercera parte puede tener una mejor perspectiva acerca de una situación donde las dos personas se sienten tan emocionalmente involucradas que no pueden pensar con claridad.

Manejar los conflictos intrapersonales

Entiende la naturaleza de un conflicto intrapersonal. Los conflictos intrapersonales o internos son aquellas disputas que tienes contigo mismo en lugar de con los demás, pues no involucran a otra persona.

Los conflictos internos pueden estar relacionados con tus propios sentimientos, pensamientos o decisiones, pero también pueden guardar relación con alguien o algo más. Por ejemplo, quizás sientas celos de la nueva promoción que recibió tu mejor amigo. Estás orgulloso de tu amigo y quieres lo mejor para él, pero parece que no puedes deshacerte de los celos. Por lo tanto, el conflicto no es con tu amigo, sino con tus propias emociones, de modo que es enteramente tuyo.

Los conflictos intrapersonales, si bien son difíciles, también pueden ser una motivación poderosa en nuestras vidas. A menudo es lo que nos impulsa a cambiar y a descubrir nuevas oportunidades para nuestro crecimiento como 

Identifica el conflicto. Pregúntate qué emociones sientes y cuál podría ser la causa de estas reacciones emocionales. Considera la posibilidad de llevar un diario para tener un registro de lo que haces y sientes. Este puede ser un recurso al que recurrir cuando te sientes inquieto contigo mismo porque puedes consultarlo a medida que tratas de descubrir la razón de tu conflicto interno.

El conflicto intrapersonal puede variar desde decisiones menores y mundanas acerca del clima o no comer comidas orgánicas hasta decisiones importantes de la vida, tales como dejar de fumar, terminar una relación o cambiar de carrera.

Trata de llegar a la raíz del conflicto. Muchos de los conflictos que tienen las personas consigo mismas están relacionados con algo que el mundo de la psicología atribuye como disonancia cognitiva, una situación que involucra actitudes conflictivas, creencias y comportamientos.

La teoría de la disonancia cognitiva sugiere que todos tenemos un impulso interno para mantener nuestras actitudes y creencias en armonía con nuestras acciones para evitar la 

Por ejemplo, supongamos que te sientes triste por una ruptura amorosa, incluso pensaste que fuiste tú quien terminó la relación. Por lo tanto, tus emociones no van acorde con tus acciones. Por dar otro ejemplo, supongamos que fumas pese a saber que es malo para tu salud. Por ende, tu acción de fumar no va acorde con lo que sabes acerca de dicho hábito.

Reconoce tus propios sentimientos. Nadie puede “hacerte” sentir nada. Esto no significa que no puedas reaccionar con emociones o sentimientos ante las palabras o acciones de alguien más, sino que básicamente tus sentimientos son tuyos.

Ten en cuenta tus “propios” sentimientos, incluso las emociones negativas como la tristeza, la soledad, el dolor y la pena. Reconocer tus emociones es el primer paso para resolver un conflicto interno.

Dedícate un tiempo a ti mismo. Acepta tu esfuerzo sabiendo que a la larga te librarás de los nudos de la indecisión, la inseguridad o la negación. Seguramente has pasado por esto anteriormente a causa de otros temas y lo has superado. Dedícate un tiempo a ti mismo.

Con mucha frecuencia, a las personas no les gusta darse un tiempo porque las decisiones rápidas y sencillas son gratificantes en el instante. Sin embargo, cuando se trata de los cambios y las emociones personales, el tiempo es tu mejor aliado. Con el tiempo, podemos examinar el problema y asegurarnos de manejar estas emociones de manera productiva, lo cual es la clave para el éxito.

Considera tus opciones. Al lidiar con la disonancia cognitiva, tienes tres soluciones posibles: cambiar tus creencias, cambiar tu accionar o cambiar tu percepción de la acción al racionalizarla

En el caso de una ruptura que te causa tristeza, comienza a pensar cuidadosamente en lo que dio lugar a ella. Reflexionar sobre el conflicto puede ayudarte a resolverlo, y lo más probable es que te des cuenta de que hiciste lo correcto y de que lo que en realidad lamentas es la posibilidad de tu relación, no a la persona con quien rompiste y que te trató de manera tan terrible.

En el caso de fumar a sabiendas de que es malo para la salud, muchos fumadores han desarrollado todo tipo de formas para racionalizar y justificar su comportamiento para protegerse de esos sentimientos que genera el conflicto interno. Por ejemplo, algunos fumadores podrían decir que les ayuda a calmar su estrés, evita que coman en exceso (otro mal hábito) o que fuman cigarrillos “suaves”, los cuales son “más saludables”. Desde luego, ¡también hay algunos fumadores que cambian de manera eficaz sus acciones y dejan este hábito![29]

Sé tu propio terapeuta mientras evalúas tus opciones. Hazte las preguntas difíciles con la finalidad de mitigar el conflicto (p.ej. ¿qué es lo peor que podría pasar si sigo fumando?, ¿en realidad sería más feliz si terminara con mi pareja?, ¿estoy celoso de mi amigo o estoy luchando con el hecho de que mi propia situación laboral no progresa?, etc.). Es posible que tengas dificultades con el asunto, pero lo más probable es que conozcas las preguntas correctas que debes hacerte. Si fueses tu propio amigo más cercano, ¿qué preguntas te harías para ayudarte a analizar tu conflicto?

Habla con alguien acerca de tu conflicto intrapersonal. Los conflictos intrapersonales pueden ser muy difíciles de manejar si ya tienes dificultades para descifrar tus pensamientos, sentimientos y necesidades. También puede causar malestar, inquietud e incluso depresión. Considera la posibilidad de hablar con alguien, como un amigo o familiar, para que te ayude a sosegar tu ansiedad.[30]

Si no te sientes capaz de resolver tu conflicto interno o tus sentimientos de inseguridad, ansiedad o tristeza comienzan a obstaculizar tu funcionamiento diario, considera la posibilidad de hablar con un profesional en la salud mental que pueda ayudarte a desarrollar estrategias eficaces para manejar los conflictos internos.